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Autor: Ibn Hazam de Córdoba.
Título: El collar de la paloma (tratado sobre el amor y los amantes). – {1023}
[Madrid: Alianza Editorial, 1998. 364 p.p.] {Introducción y prólogo de Ortega y
Gasset}.
Ibn
Hazam de Córdoba es el escritor más importante y prolífico de la escritura
hispano-árabe y del territorio Al-Ándalus (es decir, del territorio español
bajo el poder musulmán durante 700 años). Ibn Hazam fue uno de los grandes
genios de esta época, pertenecía a una nueva aristocracia (su padre fue visir) y
fue criado con la idea de la expansión del arabismo por toda la península
ibérica. Participó activamente de la vida política de su época, pero fueron sus
más de 400 volúmenes los que le valieron su fama, entre los cuales sobresalen
obras históricas, filosóficas y literarias. El
collar de la paloma, su obra más conocida, es un libro que se compone de
una serie de elementos que lo hacen variado y complejo: tiene elementos de
prosa y verso; hay historias ficcionales y recuerdos autobiográficos; hay
reflexiones de corte filosófico y narraciones didácticas; etc. Aun así, logra
estructurarse como un texto con las características de los escritos de la
aristocracia cordobesa de la época: es pro-árabe, no hay alusiones a la cultura
hispánica, no se incluye a la cultura popular, está escrita como una narración personal,
es fragmentaria (incluso con cortes bruscos al final), y tiene elementos
autobiográficos, históricos y referenciales. A pesar de esta pluralidad de mecanismos,
no es posible encontrar un elemento puramente subjetivo o empático, dado que es
clara la gran preocupación del autor por las normas de escritura de la poesía
Al-Ándalus (y una de las normas, tenía que ver con lo artificioso y ornamentado
de su escritura).
El
tema central de este libro es el “amor”, pero visto desde diversas
perspectivas: desde una perspectiva jurídica, sexual, narrativa, sentimental,
religiosa (profética) y filosófica. En este libro ya se puede encontrar un
concepto del amor que coincide con las ideas platónicas del idealismo y que
posteriormente derivarán en elementos del amor cortés. Así, el amor se produce
por la belleza material del objeto amado, pero esa materialidad solo se
complementa con una búsqueda idealista de aquello que completaba al ser en el
mundo superior. Por otro lado, el sufrimiento, la pena y el desgajamiento como
fondo primordial de un amor casto e imposible, coincide con algunas de las
ideas de amor planteadas en la literatura trovadoresca provenzal y en la literatura
de caballería. Es así que el autor abarca la naturaleza del amor tratando de
acaparar todos los elementos que lo componen: la naturaleza del amor, los
amantes, las enfermedades del amor, las formas de enamorar y desenamorarse, los
mejores aliados con los que se puede contar, los trucos para obtener al ser
amado, los signos que permiten identificar al verdadero amor y al falso, etc.;
por estas razones, Ortega y Gasset, en su famosa introducción al libro lo
nombra como “el libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización
musulmana”.
El
libro consta de 30 capítulos en los cuales hay reflexiones del autor, recuerdos
de su infancia, historias y (muy importante) poemas; esto hace que el libro
tenga la estructura al mismo tiempo de un tratado del amor, de una preceptiva, de
una antología poética y de un libro de memorias. Algunas de las máximas que se
pueden extraer de este texto, respecto del amor son: el amor es la unión entre
partes de almas, una vez unidas pero después divididas; el amor auténtico es
infinito, solo se acaba con la muerte (pero en ella se reencuentra con la mitad
perdida de su ser); hay amor infinito que no se produce porque el sujeto se
queda atado a la materialidad; el verdadero amor solo se logra cuando se
trasciende lo material; etc. El amor idealista aparece así en todo el texto;
uno de los ejemplos es el título de la obra. A pesar de que la paloma como
símbolo no aparezca nunca en el libro, se sabe que la paloma era para los
poetas de la época el símbolo del alma caída, una paloma que al caer en el
mundo ha olvidado su mundo ideal original y que tiene una predestinación divina.
El collar de esa alma, sería construida por el mismo animal durante su vida
(libre albedrío), pero nunca podría alterar la naturaleza profunda el ser
divino que la engendró.
El
tono de toda la obra es el de los amores que van en contra de las convenciones
sociales, que abogan a la clandestinidad, a la caída en los pecados de la
carne, a la perdición de la lujuria (igual en hombres y mujeres), al amor
carnal como pecado y al amor casto como bondad. Aquí ya se puede ver cómo se
delinea la dualidad entre el amor enfermo y el buen amor que se desarrollará en
libros como El libro del buen amor. Ya
al final del libro, el tratado se
vuelve más moralista al conectar de manera más cercana al amor con la religión,
el pecado, el mal y la lascivia; así, la concupiscencia y la razón son
contrapuestos que están peleando todo el tiempo al interior del alma humana.
[Argumento] Sin que el libro tenga ese orden, aquí lo divido en varios elementos:
prólogo, historias, poemas, reflexiones. A parte del prólogo, todos los otros
elementos están mezclados entre sí y se conectan por medio de un tema que marca
el inicio de cada capítulo. Por ejemplo: “Sobre las señales del amor”, “Sobre
la traición”, “Sobre la separación”, “Sobre el amigo favorable”. A pesar de la
mixtura, el libro se podría ordenar en los siguientes apartados. a) Inicia con
el plan de la obra y las señales de lo que es el amor [Capítulos 1 y 2]. b) Habla
de las causas del enamoramiento de la más leve a la más compleja [Capítulos 3
al 7]. c) Retoma los elementos básicos de los que se compone el amor [Capítulos
8 al 20]. d) la relación entre el fin de la relación amorosa con el olvido y la
muerte, parte ontológica [Capítulos 21 al 28]. e) Pecado y castidad [Capítulos
29 y 30].
[Prólogo] El libro se inicia con un
prólogo en el cual el autor explica por qué se decidió a escribir este libro, y
cuenta cómo surge de una pregunta que le realiza un amigo y que intenta
responder con el tratado, es una especie de excusa autorial, dado que además
pide disculpas por tratar un tema tan liviano e intrascendente (es falsa
modestia). Después explica la estructura del texto, mostrando cómo va hablar de
aquello que ha visto, aquello que ha oído, lo que conoce por sus lecturas y lo
que ha vivido; sin usar historias de otras fuentes bibliográficas (reflexión metanarrativa).
[Poemas] Los poemas son muy importantes en este libro,
dado que todo el tiempo aparecen con las poesías una serie de referencias
metatextuales en la cuales el autor explica (muchas veces) cómo hizo el poema,
a qué se refiere y cómo lo hizo; es decir, toda la poesía del libro aparece
insertada con un marco de autoría y de producción. Desde el inicio del libro,
el autor explica que es un muy buen poeta y que lo demostrará intercalando
poesías en cada uno de los apartados que hace. En otro de los apartados, el
autor halaga sus propios poemas como objetos de perfección y belleza; estos
poemas siempre aparecen en primera persona (a pesar de que a veces se refieren
a cosas que ocurren a otros) y en algunos casos hacen referencia a la religión,
a acciones teológicas a reflexiones sobre la conexión de dios y el amor, y al
convencimiento que es necesario hacer el bien para acabar con los actos en
contra de otros.
[Historias] Hay historias que se encadenan con
otras historias a partir de la subordinación de los niveles narrativos. Así, a
la manera de Las mil y una noche, una
historia se encuentra encajonada en la siguiente que se va cerrando a medida
que los niveles narrativos ascienden de nuevo. En algunos casos, estas “cadenas
de autoridades” remiten a sabios (hasta Alá) que, claramente, se enmarcan en
una tradición intelectual en la que se enmarca.
[Reflexiones] Las reflexiones responden a los títulos de cada una de los capítulos y
establecen un diálogo muy fuerte con lo que será toda la literatura medieval
posterior. Así, las señales del amor (cap. 2) establece las particularidades de
lo que después será el amor cortés: una amada alejada, se sabe de sus palabras
pero no de su presencia, se convierte en vasallo de su dama, hay soledad y
sufrimiento, y se centra en detalles que pueden producir celos. Otro caso es el
de los mensajeros (caps. 9 y 17), en donde aparece una descripción similar a la
que se hace en el libro del Arcipreste de Hita, y que describe las mejores
características de un buen mensajero o un buen amigo favorable, lo que recuerda
también a La celestina, de Rojas. En
otras ocasiones se describe la diferencia entre un amor público y un amor
privado y las prohibiciones que trae consigo el amor (Cap. 2): la sexualidad,
la carnalidad, el deseo desaforado; todo esto en contra del amor puro y de la
castidad (Cap. 30) del idealismo.
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