Rss Feed
  1. 004
    Autor: Esquilo.
    Título: Orestíada. – {458 a.C.} [Madrid: Cátedra. 1996. pp 211-426. (en: Tragedias Completas)]
    La Orestíada es el nombre que recibe una trilogía de obras escritas por Esquilo en el año 458 a.C.; está compuesta por Agamenón, Las Coéforos y Las Euménides. Se dice que estas tres obras eran complementadas por la obra satírica Proteo, pero ésta no se conserva. Es la única trilogía completa que se recoge en la actualidad y está compuesta por tres de las siete tragedias de Esquilo. Al igual que todas las obras de este autor, mantiene una serie de temas referentes, uno de los cuales, la democracia, sobresale sobre todos. El énfasis en esta temática se entiende por el contexto en el cual vive Esquilo: en el año 510 (tras la muerte de Pisístrato en 528) se implanta la democracia en Grecia. Esquilo, como guerrero de la batalla de Maratón (que supuso la derrota contra los persas), vivió parte de su vida celebrando el triunfo conseguido: el sostenimiento de la democracia.
    Para analizar La Orestíada, es necesario entender que la tragedia griega no es sólo un género literario, sino que es una época en la que se marca una forma de entender el mundo: aparece como un momento histórico en el cual es posible apreciar una conciencia desagarrada del mundo: una cosmogonía en donde las contradicciones dividen al hombre en contra de sí mismo. Así, La Orestíada propone el reflejo de una ciudad naciente en donde el pensamiento jurídico está en formación. Se muestran los nuevos tribunales y su nuevo vocabulario de incertidumbres, imprecisión y cambios de sentido. Estos nuevos conflictos plantean una batalla de las nuevas ideas jurídicas en contra de una tradición religiosa, en el campo de la ética y la moral. Es por eso que en esta obra Esquilo crea una historia mítica que logra explicar la instauración de los juicios como una transformación de los deseos de los dioses.
    Esquilo inicia la narración de la historia trágica de la familia de los Atridas con el sacrificio de Ifigenia, la cual es desagraviada por Clitemnestra en su asesinato a Agamenón; a su vez, Orestes asesinará a Clitemnestra y Egisto para vengar la muerte de su padre. Esta serie de asesinatos corresponde a las antiguas visiones religiosas que exigían la compensación de la muerte con muerte (sangre por sangre). Para cortar esta cadena de asesinatos, Esquilo inserta la figura del juicio en el cual involucra a unos dioses antiguos (las Erinias) en contra de un dios nuevo (Apolo); todo mediado por un dios que aparece como “neutro” (Atenea). Así, Esquilo plantea una tragedia que es un texto fronterizo entre las acciones humanas y el poder divino. La culpa trágica se arma a partir de un héroe sobre el que recae un mal enviado por los dioses y la concepción de un culpable que sin ser forzado, ha decidido “voluntariamente” cometer un delito (para el cual estaba destinado): es decir toma una decisión.
    En conclusión, la tragedia se asienta en el mundo griego cuando las bases del derecho (que encarna instituciones sociales, comportamientos humanos y categorías mentales), entra en conflicto con las formas religiosas anteriores. Así las formas de lo lingüístico, por ejemplo, están insertadas en estas obras: la Themis que se refería a una justicia relacionada con los valores familiares y el derecho divino; se cambia a la Dike la cual se refiere a una justicia más subjetiva, o que se refiere a la posibilidad de ejercer justicia (o “lo que es justo”). Es decir, la tragedia nace cuando se observa el mito con ojo de ciudadano.
    Tal como se dijo, La Orestíada está compuesta por tres obras. Cada una de ellas desarrolla una serie de acciones principales y de personajes que las realizan, son:
    1) Agamenón: [Clitemnestra-Agamenón-Casandra-Egisto-Coro de ancianos] La primera obra de la trilogía. Esta obra se inicia con el párodo de un coro de ancianos que cuentan del sacrificio de Ifigenia. Con esta acción se observa la aparición de una grave decisión (una anánkê ineludible), pero que no quita la responsabilidad de la acción. Agamenón debe decidir entre sacrificar a Ifigenia o no regresar nunca a su casa. Posteriormente aparece Clitemnestra quien narra la historia del rapto de Helena y el desarrollo de algunos hechos ocurridos en la guerra de Troya. Lo interesante de este largo segmento (que está en diálogo con el coro de ancianos) es que se observa por primera vez la toma de Toya como un crimen y a los griegos como culpables de impiedad. Esta idea se subrayará con la intervención de Casandra. La idea que se maneja en todo este fragmento es que la felicidad conseguida a través de la hybris, acarrea terribles consecuencias. A la llegada de Agamenón se da la escena de la alfombra (Clitemnestra le pide que camine por una alfombra) escena que se debate y en la cual algunos han visto un sacrilegio por parte del rey Atrio. Así, se suman una serie de factores entre los cuales está no sólo la culpa heredada por sangre, sino la culpa individual (Ifigenia, la alfombra, Casandra, etc.) Finalmente a la muerte de Agamenón se suma el enfrentamiento entre Egisto y el coro, que confirma la implantación de una tiranía.
    Las Coéforos: [Orestes-Pílades-Electra-Egisto-Clitemnestra-Coro de esclavas] Esta segunda parte de la obra, se inicia con el coro de esclavas troyranas (esclavas). Aparece el sueño de Clitemnestra que subraya la aparición de presagios en la trilogía (que ya habían aparecido con la escena de las águilas en Agamenón). El sueño cuenta la llegada de Orestes y la muerte de la soñadora. Después de un monólogo de Electra, se produce en encuentro entre los dos hermanos (la anagnórisis), es importante anotar que Orestes cuenta a su hermana que el asesinato ha sido obligado por Apolo, idea que tomará una relevancia significativa en la tercer parte. Ya desde ahí se planea el asesinato, en el cual tomarán parte las mujeres troyanas, Electra, Pílades y Orestes. Orestes y Pílades, haciéndose pasar por mensajeros que comunican la muerte de Orestes logran acercarse a Egisto y matarlo. Después se enfrentan y asesinan a Clitemnestra confiando en el oráculo de Apolo. Al final, Orestes justifica el asesinato, y la sangre vertida de Clitemnestra se convierte en Erinias, Orestes empieza a enloquecer.
    Las Euménides: [Orestes-Apolo-Atenea-Sombra de Clitemnestra-Coro de erinias/euménides] Las Euménides inicia justo donde terminó la obra anterior. La Pitia inicia retomando la historia del oráculo de Delfos y después observa cómo la sangre de Clitemnestra exige que su asesino sea castigado. Apolo le ofrece purificación a Orestes, pero las Erinias (y el fantasma de Clitemnestra) exigen justicia por el asesinato. Así se enfrentan los dioses antiguos representados en las erinias y los dioses nuevos, representados por Apolo. Después cambia el escenario al Aerópago, en donde Orestes intenta justificar frente a las erinias (y abrazado a una estatua de Atenea) el crimen cometido. Atenea hace caso a los ruegos de Orestes e implanta un tribunal en el cual se resolverá el caso. Atenea pregunta a los dos bandos sus ideas e instituye un tribunal humano que deberá votar por la absolución o el castigo para Orestes. Ante un empate, Atenea resuelve absolver a Orestes. Las erinias, furiosas reclaman sus derechos, pero Atenea las calma al convertirlas en Euménides, diosas benéficas de la prosperidad. La obra termina con el consejo de Atenea de realizar lo mismo cuando un caso grave aparezca en la justicia.
    Temas: Algunas de los temas que se han estudiado como propios de La Orestíada conjugan una serie de historias de corte épico, las cuales son desarrolladas a partir de las nuevas preocupaciones que establece la aparición de la democracia, el pueblo, el destino trágico del hombre y las ciudades. Así los temas principales que se desarrollan en La Orestíada son:
    La ciudad. La tragedia aparece como una forma de identificación con la polis como ideal de vida y como forma perfecta de sociedad civil; la existencia de la polis conllevaba una serie de retos que los trágicos griegos no sólo cuestionaban en sus obras, sino que ponían en perspectiva para los asistentes. La polis, identificada con el grupo de ciudadanos (no con el territorio) estaba presente en las obras por medio de la aparición de los coros. Es necesario recordar que Esquilo fue el primero que incluye un segundo personaje en las tragedias, eso posibilitaba que el actor se pudiera enfrentar con los coros. En esta visión, sobresale el cuestionamiento del papel del tirano en la organización política de la democracia. Esquilo busca al tirano y lo proyecta en el pueblo: lo pone en tela de juicio frente al pueblo. Este elemento es fácilmente visible al final de Agamenón, cuando Egisto, nombrado como nuevo rey, se enfrenta al coro de ancianos sustentando su asesinato. Así, la tiranía se impone por medio de la violencia. Como elemento extra, es notorio cómo el coro, si bien tiene el papel del pueblo dentro de la obra, no realiza ningún acto que modifique la obra. Las decisiones las toma el sujeto trágico, dado que las culpas deberán recaer sobre él. El pueblo (sean las mujeres troyanas o los ancianos) aconsejan pero no tienen una injerencia real dentro de la obra. Las decisiones, entonces, “deben” ser tomadas por el personaje porque no de otra manera es posible insertar la decisión trágica en un proceso temporal que incluye un paralelo entre la maldición de la familia (destino trágico de la sangre), y la temporalidad de la ciudad que debe resolver con las herramientas de la polis los conflictos arcaicos de la sangre.
    Los dioses. La inferencia entre los mundos humano y divino es constante: los dos se reflejan como las dos caras de un mismo conflicto. En La Orestíada, ese conflicto se puede ver en un paralelo: por un lado las representaciones de lo antiguo: generación (Clitemnestra), dioses (Erinias), leyes (sangre por sangre); por el otro lo nuevo: generación (Orestes), dioses (Apolo), leyes (proceso judicial). En esta dualidad cumple un papel importante la idea de Sacrificio. Para autores como Jean Pierre Vernant, el sacrificio es uno de los temas centrales en toda la obra de Esquilo. Vernant analiza la forma en que aparece constantemente el sacrificio a partir de un cambio en el significado. Si bien al inicio la guerra de Troya librada por Agamenón es vista como un sacrificio y no como la toma de una ciudad, posteriormente se trasladará al sacrificio ritual (Ifigenia), al sacrificio de venganza (Clitemnestra), hasta llegar a un sacrificio anulado. Personajes como Orestes o como Agamenón pasan de ser sacrificadores o cazadores, a ser sacrificados o cazados. Esto dos conceptos (superpuestos) serán para Vernant el eje alrededor del cual se arma la trilogía. Para Esquilo todo sacrificio que se realice es de por sí corrupto, todo crimen es visto como un sacrificio que se ha contaminado. Este cambio en los conceptos se relaciona con la idea de polisemia que maneja Esquilo: hay sobre-determinación de las ideas que se sostiene en una cadena formada por las imágenes, las metáforas (caso del Águila) y los presagios (Casandra).
    Dos datos entrelíneas en Esquilo. En las obras de Esquilo ¿aparecen la mujeres como quienes adoptan la ciudad? Clitemnestra, por ejemplo, es descrita “como hombre” para decir que ha usurpado el poder y la soberanía familiar. Atenea (es decir la ciudad) en una sola acción absuelve a Orestes y politiza a las Erinias, haciendo que lo antiguo (la sangre) pase a ser parte de la ciudad, las incluye en otros procesos.
    - Vernant, J.P. & Pierre Vidal-Naquet. “Caza y sacrificio en La Orestíada de Esquilo” & “Esquilo el pasado y el presente” en: Mito y tragedia en Grecia antigua. Vol I & II. Buenos Aires: Editorial Paidós, 2002.
    - Lesky, Albin. La tragedia griega. Barcelona: Editorial Labor, s.a.

    - Alsina, José. Tragedia, religión y mito entre los griegos. Barcelona: Nueva colección Labor, 1971.