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  1. 037. Autor: Garcilaso de la Vega.
    Título: Poesía Completa. – {1501-1536}. [Barcelona: Editorial Fontana, 1994. 184 pp].
    Es preciso aclarar que es necesario no confundir al poeta Garcilaso de la Vega, con el historiador apodado “El Inca”, que escribiría un par de décadas después los Comentarios Reales. Garcilaso fue un poeta y militar español que introdujo en el país ibérico una serie de temas, rimas y construcciones poéticas que, venidas de Italia (especialmente de Dante y de Petrarca), que dirigirían toda la escritura poética del renacimiento español, algunos de cuyos elementos se pueden encontrar incluso en el barroco de Góngora. Garcilaso es el epítome del caballero noble y cortesano del renacimiento español: trabajó en la corte de Carlos I; aprendió latín, griego, italiano y francés; sabía tocar instrumentos de declamación poética, etc. Además luchó en muchas batallas en las que fue herido y por las cuales tuvo favores y condenas de parte del rey. Su comportamiento fue propio de los cortesanos del momento y respondía a la máxima del caballero de corte: las armas y las letras.
    Si bien sus textos no se publicaron en vida, su poesía (póstuma) sería la base de la poesía del siglo de Oro español, las cuales se alejaban del tema religioso y empezaban a usar otro tipo de metros y de construcciones como el soneto, el endecasílabo, o los tercetos. Por parte de los temas, su estancia en Nápoles le permitió introducir a España, como tema poético, una serie de elementos bucólicos que antes no se habían desarrollado. Así, son claras en la poesía de Garcilaso las influencias de las Bucólicas de Virgilio, las Odas de Horacio o las Metamorfosis  de Ovidio. Sin embargo, la gran influencia de Garcilaso será Petrarca, sus temas, sus formas y la construcción de las imágenes. La obra completa de Garcilaso consta de 40 sonetos, 5 canciones, 4 odas, 2 elegías, 1 epístola, 3 églogas y 7 coplas; pero serán los sonetos y las églogas las más importantes e influyentes de sus poesías (las coplas iniciales y los ensayos epistolares [elegías y epístola], siguen los metros y los temas de las obras españolas del momento).
    [Cancionero Petrarquista]
    Los sonetos y las canciones de Garcilaso conforman el más cercano a los temas y las construcciones de Petrarca. Los sonetos están dirigidos a una amada que no le corresponde al poeta; aparece constantemente la muerte como solución a los amores que no se pueden lograr; la correspondencia entre la muerte y el amor está muy cercana: amar sin ser correspondido es como morir, y solo la muerte puede curar un amor así. Otro de los tópicos recurrentes de los sonetos es el sentirse perdido, viajar sin encontrar el rumbo, no saber hacia dónde va su vida o buscar la forma de encontrarse a sí mismo; por momentos recurre a imágenes que muestran ese estado, como el de un perro perdido, o un niño que pide comida a su madre.
    El sentimiento más recurrente en estos poemas es el de la melancolía, la tristeza y la desesperanza. Bien sea por sentirse perdido, por el amor no correspondido, o por fallas con los amigos o con los conocidos; la melancolía prima sobre todos los otros sentimientos. Esto hace que abunden lamentos, quejas y pensamientos sobre el desviarse del camino, o tomar un rumbo equivocado. Hay muchas referencias a los dioses griegos y no hay una sola al dios cristiano; Garcilaso revalora los mitos griegos y latinos para develar su dolor y sus angustias amorosas. En otras ocasiones los poemas son dedicados a personas importantes como marqueses o a amigos conocidos como Boscán (su gran amigo) o a Julio o a Mario (a quien quiere vengar).
    [Églogas] En las églogas aparecen los temas pastoriles en los cuales, en medio de un paisaje bucólico, dos o más personajes dialogan sobre los problemas amorosos o los inconvenientes de sus vidas. Las églogas de Garcilaso son sus creaciones más famosas, dentro de las cuales sobresale la primera de ellas.
    Égloga I: Está dedicada al Virrey e Nápoles. Se divide en tres partes: una primera, que corresponde a las primeras cuatro estrofas, está dirigida a las dedicaciones y la presentación del paisaje y de los personajes. A partir de la estrofa 5 y hasta la 16 (doce estrofas); habla el primer personaje: Salicio. En este personaje se contrasta una furia inicial por el amor imposible (Galatea), el cual se va calmando gracias al paisaje bucólico y primaveral que lo rodea. Se logra ver cómo aparece el motivo de un amor que no se corresponde porque alguien más se lo ha quitado. Al final, ya vencido por la resignación, Salicio admite alejarse de su amada y del escenario pastoril que lo rodea. En la segunda parte de la Égloga, que va de la estrofa 17 a la 29 (doce estrofas también), el personaje que habla es Nemoroso. En la segunda parte de esta égloga habla Nemorosio, quien canta sus penas de amor porque su amada (Elisa) ha muerto. El paisaje que rodea la recitación del canto es exactamente igual al anterior, pero el motivo del dolor cambia: ahora quien le ha quitado el amor no es otro pretendiente, sino la muerte. Lo único que le queda de su amada son los recuerdos y aparece de nuevo el Ubi sunt? de Jorge Manrique. El poema termina con la llegada de la noche, y por lo tanto la llegada de la oscuridad y la desaparición del paisaje bucólico; ante esto, Nemorosio hace una queja a la diosa buscando morir para volver a reunirse con su amada.
    Égloga II: En esta égloga, la más extensa de las tres, aparecen cuatro personajes que interactúan, de los cuales el más importante es Albanio, quien sufre una pena de amor al ser rechazado por la pastora Camila (quien también habla). Para curar los males de su amigo Albanio, aparecen sus amigos Salicio y Nemoroso (los mismos nombres de la égloga anterior); los cuales le cuentan sus historias personales para que su amigo no se sienta mal; además de otras historias de corte militar que buscan hacer la correspondencia entre el amor y la guerra. Después de recurrir a muchas historias, las que finalmente logran curar el desamor de Albanio son las del sabio Severo y la del Duque de Alba; las dos hacen una correspondencia perfecta entre la vida militar y la vida amorosa.

    Égloga III: Es un reflejo de la égloga I, en la cual se inicia con las respectivas dedicaciones y a la presentación de los personajes. Los dos personajes dialogantes son Tirreno y Alcino, quienes no hablan sobe sus vidas, sino que describen un cuadro que observan desde la distancia. Es la égloga más compleja de comprender dada la oscuridad de sus imágenes y metáforas. De nuevo, el paisaje remite a un espacio bucólico en el cual el río Tajo es el centro de atención. Alrededor del río los dos protagonistas ven a cuatro ninfas que tejen tapices que remiten a cuatro historias de amor trágicas: Orfeo y Eurídice, Dafne, Adonis y Venus; y finalmente la muerte de Elisa (una amada de Garcilaso).

  2. 048. Autor: Lope de Vega.
    Lope de Vega es uno de los autores más importantes del Siglo de Oro español. Su prolífico trabajo hizo que se convirtiera en un referente en todos los géneros, pero especialmente para el teatro. Esta característica se debe a que fue el primer autor que se atrevió a renovar radicalmente las formas del teatro, en el momento en que se empezaba a convertir en un espectáculo de masas. Así, junto a Tirso de Molina y a Calderón de la Barca desarrollaron las bases y la evolución del teatro barroco español. Lope siempre estuvo en el centro de la escena literaria de su época, por ello tuvo una serie de encuentros con los otros autores de su época. Es famoso, por ejemplo, su constante roce con Góngora y su amistad con Francisco de Quevedo (su relación con Cervantes fue de enemistad tibia). La vida de Lope fue larga y compleja, tremendamente aventurera; esto hizo que su escritura también pasara por varias etapas que coincidían con su vida. Así, tiene poemas de amor, comedias, tragedias, dramas históricos y, al final de su vida cuando se ordenó sacerdote, dramas religiosos y teológicos.
    Quizá una de sus obras más importantes fue su estudio teórico “El arte nuevo de hacer comedias” (1609); en esta obra, escrita en verso, Lope planteaba que era necesario fundar una nueva forma de escribir teatro en España. Su propuesta era no usar los preceptos de los neo-aristotélicos, quienes retomaron las unidades de tiempo, la catarsis y las estructuras propuestas por Aristóteles en su Poética. Contrario a esto, Lope proponía obras que no tuvieran unidad de tiempo, ni de acción, ni de espacio; de la misma forma, Lope buscaba romper con los estereotipos de la comedia o la tragedia, proponía crear obras que tuvieran elementos de los dos géneros imbricados. Una tercera propuesta de Lope fue crear obras que se alejaran de una intensidad dramática única y que tuvieran dos historias que se desarrollaban de manera paralela (técnica italiana que se llamaba embrollo); por lo general, la historia principal era desarrollada por los nobles y la secundaria por los sirvientes. Otros elementos que Lope propone romper en esta propuesta teórica son los estilos (cómico y noble al tiempo), los versos (uso de diferentes versos, según la intención del momento de la obra), los roles de género (mujeres que se portan como hombres y viceversa), las previsiones (se dice que algo va a ocurrir y no ocurre, o solo se resuelve a pocos versos de terminar la obra; lo que Lope describe como: “Engañar con la verdad”). Este tipo de texto lo logra Lope dejando líneas narrativas abiertas dado que son interrumpidas o aplazadas. Estas líneas narrativas secundarias se cerrarán a partir de elipsis o de menciones de otros personajes que, por lo general, ocurren en el tercer acto. Todos estos elementos serían los que fundan el Teatro clásico español del Siglo de Oro, que estaría presente durante todo el siglo XVII, un tipo de obras más cercanas al teatro isabelino inglés, que al neoclásico francés.
    Algunos críticos han llamado al teatro de Lope de “realismo ilusionista”, este término está basado en que el autor presenta en sus obras modos de visión de mundo cercanos a los del público general; esto quiere decir que Lope no habla de construcciones épicas del amor o del honor, sino que los enmarca en un sistema de creencias general. Por otro lado, la “ilusión” tiene que ver con la presentación contextual de una España que no responde a la realidad del momento, sino con una idea más optimista y más intensa. El realismo de Lope estaba acorde con sus creencias en contra de un arte culto aristotélico que se preocupaba por métricas y formas establecidas; parte de su pelea con Góngora se debe a esta diferencia entre un arte que se debe entender, y un arte complejo, inentendible para el público general. Para lograr que el público entienda mejor sus obras, Lope trabaja con tipos específicos extraídos del antiguo drama, pero adaptados al contexto español del momento. Así aparece el cómico (que permite un diálogo con el público), la mujer o el hombre que sufren de amor o a los cuales se les ha manchado el honor y deben resolver el desequilibrio mental que dicha desavenencia les causa.
    Los temas que más trabaja Lope en sus obras son el amor, la fe y el honor. En el caso del amor, por ejemplo, el trato que hace Lope es doble: al proponer dos posibles historias paralelas, es posible ver al como un sentimiento exaltado y poético, en el caso de los nobles; y al mismo tiempo como un amor erótico y corporal para los sirvientes. Esta es la constitución del amor para Lope: un amor que logre tomar lo mejor de las dos posturas y desarrollarlas en un diálogo orgánico. A pesar de estos sutiles elementos dramáticos (y contrario a las obras de teatro neo aristotélicas), el tema no será de tanta importancia como la acción o la caracterización. Esto se puede ver cuando en sus textos constantemente hay digresiones que llevan la obra a reflexiones metatextuales como el papel del teatro en la vida, la forma en que se trabaja el amor en la poesía, etc. Para hacer estas digresiones, Lope suele usar fragmentos líricos que inserta en su obra y que le permiten construir una obra compleja y múltiple.
    (*) Título: La dama boba. – {1613}. [Barcelona: Editorial Alianza, 2005. 182 pp]
    Esta una de las comedias de Lope que son más representativas del género de “Capa y espada”, estas obras se caracterizan por ser una comedia de errores, en la cual hay cruces de parejas de amantes, intrigas por celos, dobles tramas entre nobles y sirvientes, y finales felices. El tema central de esta obra es claramente El amor, un amor tan poderoso que puede (desde una visión platónica) despertar el intelecto dormido de una dama que no ha logrado aprender nada a través de los métodos tradicionales de pedagogía. En medio de esta exposición sobre el amor, el autor inserta elementos de crítica textual acerca de la poesía culta, las diferentes visiones del amor, la posibilidad del erotismo.
    El tema de la posición social de la mujer es otro de los temas que esta obra explora con detalle. Si bien el centro temático de la obra es el papel platónico del amor en la educación, el trasfondo muestra a dos mujeres que son oprimidas por unas tradiciones sociales que las ubican a la sombra tanto del padre como del esposo; ninguna de las dos protagonistas (sea cual sea su condición frente al saber) puede tomar decisiones de su vida amorosa, familiar o sentimental. En realidad, la gran jugada que realizan las dos protagonistas, es una serie de trucos que les permitan, de manera enmascarada, hacer lo que ellas quieren. La resistencia a los preceptos sociales inicia con dos comportamientos contrapuestos: una levanta la voz (Nise), la otra se hace la tonta (Finea); al final, esa condición las hace equivalentes en un crecimiento interno: mientras Nise crece en la emocionalidad y en el sentimiento, Finea crece en el entendimiento del mundo y en el saber. Como toda obra adscrita a su época, Lope no puede salirse de su ideología, por lo que las elecciones aparentemente libres de las dos protagonistas terminan siendo realmente las de los hombres: Liceo y Laurencio.
    En esta obra se encuentran de manera clara elementos que complementan la visión y la propuesta de Lope de Vega. Uno de estos elementos es la inclusión de una serie de críticas literarias que se dan en el grupo de poetas dirigido por Nise. La propuesta consta de un ataque a las obras que son inverosímiles (Heliodoro), una crítica al lenguaje culto de algunos poemas (como los de Góngora), una crítica a la postura neoplatónica de la esencia espiritual y no corporal del amor. También inserta contraposiciones de poemas extensos populares (como los del nacimiento de un gato, que recita Celia), seguidos de largos monólogos filosóficos sobre el amor y la poesía. También hay una serie de alusiones intertextuales con obras de los contemporáneos de Lope; como Cervantes, Góngora o Camoes (incluso Lope se nombra a sí mismo). Otro de los elementos de complemento es lo que le ocurre a los sirvientes, lo cual en realidad es solo un reflejo de lo que ocurre a los nobles y no tiene un desarrollo ni de personajes, ni de trama. Todos estos elementos que complementan la obra, son los que le logran dar profundidad, dado que argumentalmente, se arma en esencia como una comedia de errores.
    [Argumento] Como todas las comedias de Lope, esta obra se divide en tres actos que se corresponden con la presentación del problema (I), el nudo del mismo (II) y finalmente el desenlace (III).
    [Acto I] Octavio tiene dos hijas: Nise y Finea: para mejorar la oportunidad de matrimonio de Finea (quien es muy tonta), un tío ha mejorado su dote. Mientras Liseo y Turín se dirigen a conocer a Finea, futura esposa de Liceo, un caminante les habla de la fama de tonta de Finea y de la fama de inteligencia de su hermana Nise. Liseo queda desconcertado ante esta noticia y empieza a pensar en Nise como un buen partido. En casa de Octaavio, el padre se lamenta por sus hijas, piensa que es tan mala la ignorancia de una, como el saber en la otra (una mujer no debe saber tanto). Presentación de las dos hermanas con sus criadas: Nise (y su criada Celia) hablan de literatura, rodeadas de poetas; Finea (y su criada Clara) intentan aprender ante el desespero del profesor. Ante la llegada de cada uno de los pretendientes frente a sus damiselas amadas, los dos deciden cambiar de objeto amado: Laurencio conquistará a Finea (porque no tiene dinero), Liseo conquistará a Nise (porque tiene suficiente dinero y se asombra de la idiotez de Finea).
    [Acto II] Nise se ha enfermado y Laurencio no la ha ido a visitar; ella le reclama por su desaparición y porque sabe que está cortejando a Finea. Todos se sorprenden en medio de la charla porque notan que la inteligencia de Finea ha mejorado (Laurencio dice que esto sucede gracias al amor). En un encuentro entre Laurencio y Liseo, se crea la confusión de las parejas cambiadas (con amague de duelo) pero, ante la solución del imprevisto, los dos conciertan ayudarse mutuamente. Finea pide a su padre que le lea una carta que ha escrito Laurencio, al leerla el padre (Octavio) nota los propósitos de Laurencio y le prohíbe verlo. Finea se siente enamorada y triste, Laurencio engaña a Finea y le hace prometer que (para desenamorarse) se casará con él, con dos amigos como testigos. Hay una pelea entre Finea y Nise por el amor de Laurencio.
    [Acto III] En este acto Finea ha regenerado totalmente su intelecto, mientras Nise sigue enamorada de Laurencio (su padre se lamenta porque no es una mujer que se comporte como tal –hacendosa-). Por su parte Liseo, quien ha notado el saber de Finea y quiere vengarse del desdén de Nise, quiere reclamar la mano de Finea. En contra de este plan, Finea y Laurencio hacen otro plan: pretender que Finea es boba, como era antes; plan que tiene un buen resultado. Octavio y Nise enfrentan a Finea y a Laurencio, el resultado: Laurencio no puede entrar a la casa y Finea se debe encerrar; por actos de comedia, Finea y Laurencio terminan encerrados en el desván, juntos. Después de una serie de desencuentros y malos entendidos entre los personajes, Liseo decide pedir de nuevo la mano de Nise, quien lo acepta como buen pretendiente; y Finea se termina casando con Laurencio con el beneplácito del padre.
    Personajes:
    Finea [la dama boba]: a pesar de estar comprometida con Liseo, se termina casando con Laurencio.
    Nise [hermana]: la hermana inteligente, pero poco hacendosa. Se termina casando con Liseo.
    Octavio: padre de las dos hermanas
    Lacayos: Turín (Liseo), Celia (Nise), Clara (Finea), Pedro (Laurencio).
    --.--

    (**) Título: El castigo sin venganza. – {1631}. [Madrid: Cátedra, 2010. 312 pp]. {Incluye estudio crítico y apéndices}
    El castigo sin venganza es una de las más famosas y complejas tragedias de Lope de Vega. Si bien en un inicio es posible observar esta obra solo desde un argumento lineal y simple de traiciones y venganzas, la gran cantidad de dobleces, de máscaras y de contra-máscaras conceptuales; hace de esta tragedia una de las obras más representativas del pensamiento barroco español. Basta ver el doblez conceptual que trae consigo el título: castigo y venganza aparecen como dos formas de actuar de la justicia, con una diferencia: mientras una apunta a un juicio que se enmarca en lo legal y en lo racional; la venganza es una forma de la justicia que atraviesa lo pasional, no está relacionada a un marco legal y tiene que ver con la desmesura. Es así que un acto de castigo que se disfraza de venganza (tal y como lo apunta el título) está moviéndose en un límite muy fino entre aquello que está permitido y no permitido, lo que atraviesa los espacios de indeterminación de la vida pública y privada, lo que mantiene o no mantiene un honor frente a los demás, etc. Este es el gran tema central de la obra, la cual estará estructurada como un juego de espejos entre aquello que se presagia, lo que se ve, lo que se oculta y lo que se aparenta.
    El tema principal de esta tragedia es cómo mantener el honor, y cómo se plantea justicia para los crímenes contra él. Así el honor que ha sido herido, se convierte en el centro de la vida pública y privada del personaje trágico central: el Duque de Ferrara. Esconder un crimen al honor bajo la máscara de una causa política (de herencia), hace que se modifique el centro a partir del cual se plantea la justicia y la forma de actuar de los personajes. Las tensiones que se producen entre el amor y el honor son fuertes, la pregunta que flota en toda la obra es si el amor tiene la fuerza suficiente para luchar en contra del honor. La respuesta será que no importa, siempre y cuando no se muestre de manera explícita la falta; de esa manera el honor no es algo que se sienta como un imperativo moral e interno, sino como una construcción social que forma parte de la vida pública.
    El personaje central de esta tragedia es, sin duda, El Duque de Ferrara quien se configura como un personaje trágico a pesar de un inicio en el cual se muestra como un personaje mujeriego y que no presta atención a sus deberes sociales y de gobernante. Así hay dos momentos de quiebre en la vida de este personaje, los cuales sirven para estructurar toda la tragedia: el primero es el matrimonio con Casandra, con el cual se promete cambiar y dejar la vida disoluta. Esta promesa no se cumple y tan solo una noche cumple sus deberes conyugales con su esposa. El segundo es el regreso de su viaje a Roma con el cual se transforma su rol y se convierte realmente en un personaje trágico.
    La primera aparición del Duque de Ferrara se hace a partir de un velo, o un disfraz con el cual se plantea que se puede conocer la verdad de lo que opinan de él sus súbditos; es decir: la verdad solo se sabe a partir de un encubrimiento. Esa capa inicial que permite saber la verdad reaparece al final de la obra justamente para encubrir la verdad; en este juego de oposiciones, el cambio entre la forma en que se vela o no lo cierto, se relaciona también con el cambio del Duque con el viaje a Roma. La capa que encubre la identidad apunta entonces a una visión oculta de las personas reales, versus las que se muestran en sociedad: el hijo que se acuesta con la madrastra pero se muestra fiel, Aurora que juega con su supuesto matrimonio con el Conde (pero que será planeado con el Marqués), la reina que se muestra fiel y celosa, pero es infiel, el castigo que es en realidad una venganza. Todas estas inversiones muestran el reflejo invertido del espejo que se recalca en toda la obra: el rey que está dispuesto a cornear a un esposo, se ha convertido en el esposo cornudo. Sin embargo este juego doble tiene más variantes: porque en medio de todas las inversiones de los engaños, aparece al final una verdad. Es claro que los espectadores saben más de lo que saben los personajes, así que se muestra una verdad que está por fuera de la obra misma, es un engaño que cuando se vuelve a invertir se convierte en la verdad. Esto se recalca con la idea de que todos los que están presentes en el momento que se ejecuta el castigo saben de la infidelidad de Federico, pero aceptan la mentira del asesinato de Casandra con motivos políticos como si esta fuera una verdad absoluta. Todos los presentes aparecen como actores de una obra de engaño (dentro de la obra de teatro) que aceptan como cierta y que quedará en la historia como la causa de la muerte de los dos amantes ilícitos.
    Vale la pena mirar bien el segundo cambio, dado que Roma se presenta como el espacio del nacimiento del hombre nuevo: se convierte en padre, esposo, y toma su lugar en el gobierno (por eso lo primero que hace es leer los requerimientos que se le han hecho en su ausencia). La gran pelea del Duque al final de la obra es su división entre su papel social, familiar como padre y esposo; y su papel social como gobernante y jefe de Estado. Es por eso que en medio de esa indeterminación puede convertir el pecado familiar en un problema de herencia social. Esto muestra claramente que lo que se superpone y se invierte en toda la obra son los roles que cada cual juega frente a sus coetáneos: Casandra tiene un rol de esposa y madrastra que transforma por el de amante infiel, lo mismo le pasará a Federico; El Duque cambia el rol de ser padre y de ser licencioso, por el de ser esposo y guerrero y finalmente por el de ser gobernante (matando a su rol paterno y de esposo, al hacer asesinar a sus dos familiares).
    [Argumento]
    [Acto I] La obra inicia con el Duque disfrazado, buscando damiselas para celebrar su última noche como soltero. Ocurre la presentación de los personajes por voz de una mujer en un prostíbulo. Ocurre una escena particular en la que el Duque escucha las palabras de un comediante, las cuales lo desaniman; la conclusión: el teatro es espejo de la vida. Aparece en escena Federico quien se queja de que no podrá heredar nada si su padre tiene hijos con Casandra, a quien va a recoger en ese momento. En medio del camino, Federico y su criado Batín salvan a unas mujeres que están a punto de ahogarse; esas mujeres son Casandra y su sirvienta Lucrecia. Después de este encuentro Casandra y Federico muestran cómo se atraen mutuamente, pero ambos temen las fuertes normas sociales que atan su relación. Por otro lado, el Duque de Ferrara habla con Aurora sobre el problema que se viene para su hijo que quedará sin herencia; Aurora le propone que los case (a ella y a Federico) para que ese problema se solucione. Al final del Acto todos llegan a la presentación de Aurora y Federico subraya el amor que siente por su madrastra.
    [Acto II] El acto inicia con Casandra quejándose ante Lucrecia porque su esposo no ha cumplido su deber marital más que una noche y, además, le es infiel (dice que prefiere haber nacido pobre y amada). El Duque aconseja a Federico el matrimonio con Aurora. Federico muestra (intuye) a su padre que Aurora y el Marqués se aman y que prefiere no hacer nada en contra del amor. Sigue una larga queja de amor de Federico en la cual juega con los conceptos contrarios de vida y muerte, relacionados con el amor. Se da una conversación entre Aurora y Casandra en la cual se desmiente el amor que Aurora tiene por el Marqués; después entra Federico y Casandra desmiente las preocupaciones de Federico por que haya otro heredero, dado que el Duque no cumple con sus deberes. Al marcharse Aurora, Federico le habla a Casandra de sus penas de amor (imposible), pero no dice a Casandra el nombre de su amada. Casandra intuye que ella es la amada, así que insiste a Aurora en que Federico la ama. Aurora, desconsolada, planea hacer sentir celos a Federico con el Marqués. El acto termina con el llamado que hace el papa al Duque quien le comenta a Federico que será él quien quede en la cabeza del gobierno. En el siguiente encuentro entre Casandra y Federico, Casandra le da a entender a Federico que sabe que es ella su amada, y que bien podría ser el vengador de su situación infame. Sin decírselo de manera explícita, los dos amantes se comunican sus pasiones, pero también la imposibilidad de su amor por las relaciones sociales que tienen. Casandra le pide a Federico que se aleje de ella, porque ella no puede alejarse de él.
    [Acto III] Aurora le comenta al Marqués que ha visto a los dos amantes infieles besándose, cosa que explica la evasiva de Federico a su propuesta de matrimonio. El Marqués aprovecha para convencerla de que se case con él para evitar la venganza que parece cernirse en el reino; ante esta noticia Federico llega a sentir celos. Al regreso del Duque (que regresa victorioso y transformado en un santo), los amante sienten pena por no poder seguir sus amores, el Duque siente alegría por ver a su hijo y a su esposa a quienes se muestra ahora devoto y dedicado. Federico planea pedir la mano de Aurora a su padre para ocultar el incesto pero Casandra, al saber de este plan, siente celos y se opone. El primer acto del regreso del Duque es preguntar por el proceder de su hijo y su esposa (a lo cual responde Batín con juegos de palabras), y responder las cartas que le han escrito solicitando su ayuda. Una de las cartas que lee (escrita por un anónimo), le hace saber de las relaciones entre su hijo y su esposa después de reflexionarlo (inserta la contraposición entre castigo y venganza), decide ser sereno y actuar con una justicia propia. Por su parte, Federico le pide a su padre la mano de Aurora, lo que certifica al rey que lo que dice la carta es cierto. Aurora y Casandra entran a anunciar el matrimonio de Aurora y el Marqués, el rey les habla de la propuesta de Federico y Aurora se enfada (ahora quien lo desprecia es ella) y Casandra se niega rotundamente a esa idea (por celos). Después de esta escena Federico y Casandra se explican lo que ocurre (la apariencia de matrimonio), mientras el Duque los escucha confirmando todo lo leído y pensado. Sigue un largo monólogo del Duque en el cual vuelve a la idea de castigo y venganza, y cuenta que ha atado a Casandra en su cuarto y la ha cubierto con una manta. Federico entra en escena, se queja por su decisión en el matrimonio entre Aurora y el Marqués. El Duque le dice a Federico que en ese momento solo piensa en una persona que lo engañó, a la cual debe matar, y que tiene amarrada en su cuarto; le pide a Federico que asesine al traidor. Federico mata al traidor, que es Casandra; el Duque llama a toda su corte y explica (inventa) que Federico ha matado a Casandra al pensar en su herencia. Pide que se asesine a Federico por el mal que ha cometido, lo cual hace el Marqués. A la muerte de Federico, el Duque le dice que será juzgado en la corte celestial.
    [Personajes principales]
    El Duque de Ferrara: personaje trágico, padre de Federico, esposo de Casandra.
    El Conde Federico: hijo del Duque, al inicio tiene problemas políticos por herencia, pero los cambia por el amor incestuoso por Casandra (a quien al final asesina).
    Casandra: prometida del Duque de Ferrara, tiene un amor incestuoso con su hijastro Federico.
    Aurora: sobrina del Duque de Ferrara, al inicio quiere casarse con Federico, al final lo hace con el Marqués.
    Batín: Criado de Federico, es el personaje bufón; tiene las verdades y cierra la obra.

    El marqués de Gonzaga: Carlos. Inicialmente acompaña a Casandra, finalmente se casa con Aurora.

  3. 034. Autor: Erasmo de Rotterdam.
    Título: Elogio de la locura. – {1511} [Bogotá: Editorial Panamericana, 2013. 289 pp.] {Incluye introducción, grabados de Holbein, texto original en latín}.
    Erasmo de Rotterdam es uno de los pensadores más influyentes del primer humanismo y uno de los primeros que sentó las bases de lo que sería la reforma protestante. Fue un prolífico escritor neerlandés y en sus obras se encuentra un estilo que se aleja de la solemnidad filosófica para usar lo cómico y lo satírico como herramienta de conocimiento. Es reconocido por ser el representante de un cristianismo que ya no está fuertemente conectado con los dogmas y las leyes de la ortodoxia, sino que es un cristianismo humanista, el cual busca entender la religión cristiana a partir de un comportamiento en la vida social y en el diario vivir, y no en seguir normatividades de la iglesia. En este libro se encuentran desarrollados varios tópicos que serían básicos para el desarrollo del humanismo y, posteriormente, del barroco: el bufón, la vida como teatro, la búsqueda del hedonismo, el espejo como imagen de autoconocimiento. El centro el pensamiento de Erasmo, y del Elogio a la locura es el libre albedrío, el ubicar de nuevo al hombre en el centro del pensamiento occidental, y repensar la forma en que se concibe la libertad, en contra de las coerciones de las instituciones religiosas, educativas y filosóficas. El Elogio a la locura es una piedra de toque del renacimiento europeo y un giro a todo el pensamiento medieval que ponía a la religión en el centro: aquí el nuevo centro (sin irse en contra de la religión) es el hombre.
    Erasmo, como representante del renacimiento, se interesó por retomar los textos clásicos (griegos, latinos y bíblicos), y releerlos a partir de un punto de vista nuevo, marcado por el humanismo. Por ello hizo traducciones de ellos y, al final, fue quien alejó a la biblia del latín y la acercó a un público más amplio (con su famosa traducción). Es necesario enmarcar la obra de Erasmo en el momento de mayor apogeo de la imprenta: es justamente con esta nueva herramienta que el pensamiento de Erasmo tiene la influencia que logra en toda Europa, la imprenta no solo permitiría que se leyeran los textos religiosos por un público más amplio, sino que se podrían hacer anotaciones, interpretaciones y acotaciones; por ello su necesidad de traducir la biblia a un lenguaje más cercano a lo popular. Esta sería la razón que también explica el éxito de su obra (siete ediciones en dos años) y el tono que utiliza para hablar de temas filosóficos pero desde la risa, la burla y la caricaturización de los caracteres de los que habla en su texto; además es uno de los primeros autores que hace una equivalencia entre la cultura erudita (con las citas y las referencias) y la cultura popular (con dichos, refranes y tono oral en la escritura), lo que también crea un acceso más amplio a un nuevo público.
    Es interesante que dedique esta obra a su amigo Tomás Moro, no solo porque se puede relacionar esta obra con Utopía, sino porque estas dos obras muestran dos caras de la forma en que se desarrolló el primer humanismo del renacimiento. En la obra de Moro la creación de su ínsula utópica está marcada por la crítica a la sociedad de su época, frente a la cual el inglés propone un nuevo espacio en el cual esas obras estén corregidas; en la obra de Erasmo ocurre lo mismo, pero no se hace una propuesta de un topos ideal, sino que se usan métodos de inversión para la crítica (en este caso es el uso de la sátira). Estas dos formas de transformación formal a las críticas filosóficas, indican dos cosas: la primera es la necesidad de encontrar otro público a las propuestas políticas y filosóficas de su época, los cuales se logran mediante el uso de la narrativa o del discurso humorístico (pensar en la carnavalización de Bajtín); la segunda es romper con las formas del tratado erudito (en latín) para volver a la filosofía un espacio mucho más popular y fácil de entender.
    El título original de su obra es Morias Enkómion el cual no traduce “locura”, sino “estulticia” (especie de ignorancia necia). En esta obra de corte filosófico y, a la vez, cómico; Erasmo le da la palabra a la estulticia quien se encarga de hacer su propio elogio y hablar de su importancia en la sociedad del momento. Es claro el tono irónico en todo el texto, el cual se combina con una serie de referencias eruditas para que tome la forma de un tratado sofista, pero convertido en burla sarcástica. Hay algunas imágenes que Erasmo desarrolla de manera extensa y que serán importantes para el desarrollo del pensamiento del renacimiento, quisiera rescatar dos de ellas: el bufón y el teatro del mundo. Partiendo de la idea del teatro, Erasmo apunta que todo contiene su opuesto, pero que preferimos no verlo así, dado que elegimos lo que vemos y lo que el otro ve de nosotros. Así, en esa elección de los roles sociales, todos tenemos una máscara que esconde lo que es real; la imagen de la máscara le da pie para desarrollar la analogía de la vida como un teatro cómico el cual preferimos imaginarnos como obra dado que, de esa forma, podremos disfrutar más. Contrario a la búsqueda de sabiduría de los filósofos, Erasmo propone que lo mejor es no llegar a la sabiduría, sino quedarse en las apariencias: conocer las cosas tal como son no nos da nada más que congoja, y la ignorancia (las máscaras) nos pueden dar felicidad; así, es mejor quedarse con las máscaras y aceptarlas con la verdad. Basado en esas mismas afirmaciones, Erasmo exalta el papel del bufón como aquel que es capaz de decir las cosas tal y como son porque, si todo tiene su opuesto, en las bromas del bufón se pueden esconder las verdades más crudas; la verdad que es molesta cuando la dice un sabio, se convierte en alegría cuando la nombra un bufón. El bufón, al contrario de los sabios (sigue presentando dicotomías contrapuestas), tiene un rostro que corresponde con su lengua (es el único que no tiene máscaras); los sabios tienen dos lenguas: una para ser y otra para aparentar.
    Argumento: Para el análisis se ha dividido el libro en fragmentos que tienen temas en común, no es la división del libro en sí misma. Algunos temas se mantienen, cambian o se transforman sin que haya una división estricta.
    Al inicio el texto tiene un alto contenido metatextual en el cual la estulticia se refiere no sólo a la forma en que desarrollará su argumento (que es a la manera de los sofistas y los retóricos), sino que habla de sí misma como la mejor conocedora para saber de su influencia en el mundo y la importancia que tiene en la sociedad del momento (de ahí que se refiera a su “público lector” como estulticios). En estos capítulos iniciales Erasmo desarrolla el estilo que tendrá la obra, el tema a tratar, defiende su sinceridad, y la forma de la declamación como posibilidad filosófica.
    En un segundo fragmento de la obra, el autor retoma elementos de las cosmogonías de los dioses griegos, a la manera en que los hace Hesíodo, para encontrar el grupo que rodea a la estulticia y que la hacen posible. Es interesante cómo no hace una búsqueda a la manera de las hagiografías, sino desde las cosmogonías paganas, lo que ya señala por momentos no solo el interés de Erasmo en las estructuras clásicas, sino en la inversión de lo religioso cristiano. En esta construcción desde lo griego (es decir desde las características que fundan la estulticia), Erasmo propone una contraposición entre la razón y la pasión, pero dando crédito a la pasión como motor de vida y a la razón mal empleada como aburrimiento, estatismo e inutilidad. Una de las más interesantes propuestas de esta parte, es la posibilidad de hallar en cada concepto, su contrario; algo que retomarán después autores como Foucault, e incluso Derrida (y que, de nuevo, se relaciona con la carnavalización de Bajtín).
    Un tercer momento de la obra se relaciona con el papel de la estulticia en la vida diaria; este análisis va desde la forma en la que se relaciona con las diferentes edades en cada ser humano (principalmente en la niñez y en la vejez), pasando por las diferentes formas de las relaciones sociales (amistad, matrimonio, banquetes, auto-reflexión), hasta llegar a las acciones de las naciones entre sí (guerras y política). Es así que Erasmo atraviesa todas las capas de construcción del sujeto, desde lo más personal, hasta llegar a lo nacional; y señala en cada aspecto el valor de la estulticia. En este apartado sobresale, de nuevo, la contraposición entre razón y estulticia; pero esta vez haciendo énfasis en la inutilidad de los sabios, los conocedores, los dedicados al estudio y los eruditos. Erasmo contrapone una vida de existencia pura (y hedonista) a una vida de saber que se aleja de lo real. Para ejemplificar eso, todo el tiempo da ejemplos en los cuales los altos cargos del país, las personas con dinero y las felicidad, está atada a la estulticia; mientras que los sabios son aburridos, amargados, pobres y poco útiles para la sociedad. La estulticia es práctica, por ejemplo: permite el amor y la amistad al hacer olvidar los defectos del otro.
    Antes de iniciar la cuarta parte, Erasmo relaciona la estulticia con la condición del hombre como parte de la naturaleza, ya no como ser social; y define al hombre como la creatura más desgraciada de la faz de la Tierra. Ya en esta parte, Erasmo habla directamente de la locura y su relación con la estulticia, y define acciones humanas que se relacionan fácilmente con la locura (que la ve como una especie de obsesión): cacería, juegos de azar, supersticiones, religiones, adulación, etc. Bajo todas estas descripciones, Erasmo habla todo el tiempo de las preceptivas que hay bajo todas estas instituciones y cómo estas normas y directrices pueden llegar a caer en la obsesión y en la locura inútil. Contra esto, Erasmo alza la estulticia como arma de libertad, posibilidad de libre albedrío y de rompimiento de las normas institucionales que rigen todo espacio social. De esa manera aparece la felicidad no como una construcción que dada desde lo social, sino como construcción individual: de ahí que “para obtener la felicidad, solo se debe creer que se tiene”.
    Esta propuesta es trabajada de manera especial con algunos de los oficios que, es posible entrever, han perdido su rumbo y se han convertido no en espacio de aprendizaje y conocimiento, sino en institución de coerción y de creación de normatividades: gramáticos, poetas, retóricos, jurisconsultos, filósofos, teólogos (y continúa con personajes y roles sociales), frailes, reyes, príncipes, cortesanos, obispos, cardenales y papas. Esta es la parte más crítica del libro; en ella Erasmo se centra en indicar cómo cada uno de estos roles ha perdido su razón de ser inicial para convertirse en su contrario: en lugar de ser puente, guía o ayuda, se han convertido en lugares de autocomplacencia, de inutilidades, de poca ayuda y de auto-referencias que han olvidado al sujeto social que esta por fuera de esas instituciones; se han convertido en sujetos egoístas, serviles, perezosos, avaros, suntuosos.
    La última parte tiene un carácter netamente retórico, en este apartado Erasmo decide retomar las palabras de distintos autores (que van desde los clásicos a la biblia) y busca entre sus páginas las veces que se ha hablado de la estulticia y qué se ha dicho de ella. A partir de una serie de argumentos que son desarrollados desde una lógica aristotélica y una nueva hermenéutica de los clásicos; Erasmo logra forzar cada una de las citas de sus textos para que digan lo que él quiere: la exaltación de la estulticia. Es así como es posible observar, desde la ironía, un primer esfuerzo de interpretación de los textos sagrados a partir del humanismo (lo que después luchará la reforma). Con este ejercicio Erasmo lleva hasta el extremo la idea de que todo texto puede ser leído a partir de diferentes aspectos e interpretaciones, y que todas ellas son posibles; en medio de las entrelíneas, hay una crítica a la forma en la cual han sido tratados los textos sagrados (la biblia) y a la religión como institución coercitiva. Entre los autores que nombra Erasmo están Homero, Cicerón, Horacio, apartes del Eclesiastés y de San Pablo.

  4. 039. Autor: Bartolomé de las Casas.
    Título: Brevísima relación de la destrucción de las Indias. – {1552} [Barcelona: Editorial Alianza, 2005. 182 pp]. [Selección]{Incluye introducción}
    La Brevísima destrucción de las Indias, lejos de considerarse una obra igual a las crónicas de Indias, es una denuncia: un texto que intenta demostrar con hechos la barbarie que se cometió en América en contra de los pueblos indígenas. Esta relación empezó como un texto que fue encargado por Carlos V, y que De las Casas dedicó a su hijo Felipe, que se convertiría posteriormente en el rey Felipe II. Inicialmente fue pensado solo como una obra manuscrita que circularía en el círculo cerrado de la corte, pero rápidamente llegó a otros espacios de lectura, dado que De las Casas la publicó de manera ilícita. Es así que la obra pasó por tres momentos de construcción: primero desde lo oral, cuando De las Casas anuncia en corte lo que ha visto y hace una primera denuncia ante el rey y ante el encargado de los asuntos de Indias Felipe; segundo, la escritura manuscrita de esta “relación” que se le ha solicitado y que tiene como finalidad la entrada a los procesos de la corte, y un tercer momento que es el de la impresión y la distribución del libro. Entre uno y otro momento pasan diez años (1542 a 1552). Parte del éxito de la Brevísima (nombre con el que se conoce actualmente) se debió a una corriente antiespañola que estuvo presente en Europa a mediados del siglo XVI, pero también porque posteriormente se retomó por los independentistas en el siglo XIX, encontrando en él bases históricas para justificar la sistemática opresión española de la cual se querían separar.
    Además de la denuncia, elemento temático de gran importancia, este texto también construye una serie de tipos o de metáforas que serán vitales para la construcción del imaginario de lo español, de lo indígena e incluso de los negros (en lo que se llamaría la “Leyenda Negra”). Estos imaginarios inician desde el prólogo en el cual De las Casas juega con la misma construcción de lo fantástico que Colón había utilizado para sus cartas y sus diarios. Así, De las Casas recurre al tópico de lo maravilloso, lo sorprendente o lo increíble (método utilizado de manera recurrente para los libros de crónicas de las Indias); pero, contrario a lo usual, el autor describe no la naturaleza o las riquezas, sino las matanzas y los atropellos cometidos contra los indios en las tierras de la Nueva España. Lo mismo ocurrirá con la construcción de un lugar utópico que elabora siguiendo el lenguaje y las estructuras de los diarios de Colón (los cuales se habían popularizado como estrategias narrativas) y las convierte en su opuesto. Al inicio del escrito de la Brevísima, De las Casas describe un lugar edénico el cual describe el espacio geográfico la naturaleza, los animales, las personas y sus costumbres; a ese lugar es al que llegan los españoles en el “descubrimiento”; posteriormente, con la conquista, ese lugar ideal se convierte en un infierno, que se construye a partir de una ambición sin medida por el oro y las riquezas.
    En el “argumento” que abre la Brevísima, ya es posible ver cómo De las Casas empieza el juego narrativo y retórico que será el sustento de toda la obra. Se dirige al rey de España contándole lo que ha visto en tierras .americanas; inicialmente propone su escrito como una novedad, dado que si el rey supiera de esto, como buen cristiano, lo habría prohibido desde hacía mucho tiempo. En este juego de palabras, De las Casas compromete la fe y el comportamiento cristiano del mismo rey, y lo inserta en un compromiso que tiene una serie de visos interesantes: conlleva que el rey acepta a lo indígena en equivalencia a lo español, supone el desconocimiento del rey de lo que hacen sus súbditos, y crea una serie de adjetivos los cuales se contrapondrían a la idea del rey (tirano, crueles, malditos); es decir, si el rey permite eso, caería en la misma red simbólica de adjetivos y, por lo tanto, debe evitarlo para ser igual que los súbditos que cometen esas barbaridades (la parte por el todo, en el caso español).
    Por lo tanto, es interesante cómo los recursos retóricos del padre dominico apuntan a enmarcarse dentro de una tradición de escritura, la cual utiliza para causar efectos contrarios. Por ello el uso de contraposiciones es clave: increíble pero real, inverosímil pero que él vio, utópico/edénico pero un infierno, lobos vs corderos, etc. Esto hace que De las Casas cree todo un aparato retórico y descriptivo que le permita establecer los dos puntos clave de esa contraposición: lo español y lo indígena. En el caso de lo indígena, De las Casas usa los adjetivos que habían aparecido con la teoría del “buen salvaje”. Así, los indígenas son amables, pacientes, pacíficos e inocentes; sus actos de violencia no aparecen por naturaleza, sino que son el resultado de la violencia que sobre ellos se ha ejercido (que pareciera sí ser natural en los españoles). Toda esta descripción de los indígenas como “ovejas mansas” tiene el propósito de convencer al rey de la plausibilidad de convertir a los indígenas a la religión católica, lo cual les daría una serie de derechos y estatus social y ontológico que hasta ese momento no tenían. Un ejemplo de cómo De las Casas transforma los elementos simbólicos del discurso es la aparición de la antropofagia, la cual solo es nombrada en el texto como resultado del hambre que los españoles hacen pasar a los indígenas (una madre se come a su hijo). Por otro lado, los indígenas se presentan como las víctimas de una fe que ignoran; es decir, si bien los indígenas ignoran la fe católica, De las Casas los considera como personas (no desde la visión del otro-animal, visión amplia en el momento) que son hijos de Dios y que deben ser tratados como tal.
    La construcción del imaginario español es diametralmente opuesta a la del indígena: son descritos como crueles, ambiciosos, malos y destructivos. Constantemente De las Casas utiliza imágenes animales carnívoros para ellos (lobos, leones, tigres). Es así que la antropofagia, que comúnmente se relacionaba a lo indígena, se convierte en el referente simbólico de lo español; es a partir de estos giros retóricos que De las Casas establece un nuevo orden simbólico para lo que está ocurriendo en América, dando vuelta, desde el lenguaje, a los imaginarios de la colonia. Incluso, para reafirmar esta imagen, De las Casas narra explícitamente cómo los españoles terminan por “comer” indígenas o los dan a los perros para que se alimenten. El giro de esta acción ejemplifica cómo el gran giro retórico que da De las Casas a su argumento es que los indígenas, sin ser católicos, se comportan de manera más cercana al amor cristiano, que los españoles que sí lo son.
    Es posible entender todo este aparataje literario en el escrito de De las Casas, entendiendo el propósito que busca con esta relación: convencer al rey de la supresión de algunas prácticas usuales en América. Es decir, De las Casas tiene un tono propagandístico (intenta conmover) para lo cual utiliza todas las herramientas que tiene a mano: el uso de las estructuras tradicionales de las crónicas, el giro invertido de las construcciones simbólicas de los grupos, tomar la parte por el todo (describe lo que se hace a un hombre, para demostrar lo que se hace a todo un colectivo), el uso de hipérboles y exageraciones en el número de muerte o en las descripciones geográficas, el uso del discurso apocalíptico y profético para acercarlo al fatalismo cristiano, etc. Vale la pena resaltar  cómo De las Casas establece como imagen paradigmática la idea del consumo como acción primordial en el proceso de conquista; De las Casas construye un grupo lingüístico que remite a las formas en que lo español se come (consume) a lo indígena, lo cual está acorde no sólo con la imagen invertida del canibalismo para lo indígena, sino que tiene fuertes referentes con los sistemas económicos que imperan en la época y que tienen su base en el oro extraído de América. Por ello, sobresale la repetición constante de la ambición por el oro como único motor de las acciones de los españoles.
    Estructura: [Argumento] El libro se inicia con un argumento que está escrito en tercera persona y que usa el tópico de Colón de lo maravilloso y lo fantástico, para darle vuelta y empezar a narrar las atrocidades y la destrucción de la Indias.
    [Prólogo] Dedicado al rey Felipe, busca comprometer al lector a que se supriman algunas acciones que se están llevando a cabo contra el pueblo indígena. Desde este apartado, De las Casas ya inicia el trabajo retórico para crear las dicotomías y comprometer al rey que se decida por la que describe como más cristiana. Basa su argumento en el desconocimiento del rey, y en que se describe a sí mismo como testigo de las cosas que están ocurriendo en América, lo cual lo convierte en un cronista fiel.
    [22 apartados geográficos] De diversa extensión, en cada uno de estos apartados, De las Casas describe pormenores de las personas que habitan cada lugar y de los tratos inhumanos que se han dado a personas y colectivos. Nunca da nombres de los españoles que cometen las atrocidades, y en ocasiones exagera el número de personas asesinadas (pero no lo hace con las torturas que describe). Inicia con “De la isla Española” y finaliza con “Del nuevo Reino de Granada”.
    [Carta] De las Casas finaliza con una carta anónima, la cual trascribe para ratificar la veracidad de lo que ha dicho. Si bien la razón que expresa es la de que esa carta que halló debe ser publicada para que sea conocida, hay un ejercicio de veracidad en la inclusión de dicho documento al final de su texto.


  5. 038. Autor: Anónimo.
    Título: La vida del Lazarillo de Tormes. – {1554} [Bogotá: Casa Editorial El Tiempo, 2005. pp 131-191].
    La novela conocida como El lazarillo de Tormes, es la primera novela del género picaresco y se considera que funda las bases de dicho género. Se trata de una auto-biografía ficcional, en la cual se narran las historias de un niño que pertenece a una baja clase social; este cambio frente a las novelas anteriores es importante porque se han dejado a un lado los personajes idealizados o nobles y, por primera vez, se centran en costumbres, hábitos y lenguajes de las clases pobres. Se compone de siete tratados (o capítulos); en cada uno de estos, Lázaro se relaciona con un amo diferente. Formalmente está construido como una larguísima carta (esto se aclara al inicio, cuando habla a un “vuestra merced”) en la cual Lázaro intenta aclarar los rumores que corren en Toledo de que su mujer lo engaña con un Arcipreste. Es un libro de autoría anónima, se cree que fue escrita entre 1551 y 1553, pero la primera edición conservada es de 1554; se difundió rápidamente y su popularidad creció a pesar de la censura que existió sobre él, dado que la novela es claramente una obra de denuncia social, de corte fuertemente anticlerical.
    Para el siglo XVI, la novela se convierte en uno de los géneros más trabajados en España, debido al auge de la imprenta (inventada en el siglo XV); es desde esa novedad que se desarrollan tipos de novela: la novela de caballería, pastoril, de amor cortés, etc; todas estas novelas tienen como característica su carácter de clara ficción y que cuenta historias que no pueden ocurrir en el mundo. Una de los principales aportes realizados por Lazarillo de Tormes va en contravía de esta particularidad, dado que elabora elementos del realismo y de verosimilitud,  lo que la convierte en la primera novela moderna; esa característica se recalca a través de técnicas narrativas (epistolar, un yo, etc.), de que no se conoce su autor, las referencias geográficas y de oficios. La intención final del texto (cosa que logró) es que se pensara que todo lo narrado había ocurrido realmente, para ello se mostraron historias verificables, verosímiles y probables; todo ello a partir de la cotidianidad de la pobreza. Por otro lado, el protagonista evoluciona a medida que le ocurren cosas, es decir que este personaje cambia y no es igual al inicio que al final; esta característica en el protagonista es importante porque en las novelas anteriores no hay un cambio significativo en los personajes se mantienes fieles a sí mismos.
    La estructura de las cartas autobiográficas está retomada de las cartas mensajeras, que era una compilación de cartas de personajes famosos; pero en esta ocasión se trata de una sola carta en la cual el personaje explica que debe contar toda su vida para explicar un rumor frente a alguien que pareciera ser un juez; esta técnica permite que se retome una larga historia (elipsis) en la cual el personaje se transforma. Así, con esta forma de narrar desparpajada y de tono oral (hay variación en la extensión, hay acciones que no se cuentan, hay una reflexión sobre el contar), se descubre que la realidad circundante que aparece como fondo es común en la época, y que los referentes buscan esa identificación de los lectores. Los personajes que aparecen como amos del lazarillo se conforman como tipos sociales de la época (a la manera del Asno de oro de Apuleyo): los niños mendigos, los lazaros de ciegos, los escuderos sin trabajo (la hidalguía ya no es un espacio de honor), los sacerdotes avaros o los buleros mentirosos. Por otro lado, recurre a la identificación del lector al mostrar que el robo y la trampa del protagonista son consecuencias de la miseria, razón por la cual debe utilizar siempre el ingenio para poder sobrevivir; si bien hay leyes, estas nunca están a favor de los miserables. Todos estos personajes aparecen como fragmentos de una educación (es una especie de bildungsroman) que no tiene que ver con las teorías y las escuelas, sino con la vida práctica. Esto confirma el papel que juega la educación, o el sistema educativo que conforma al sujeto mayor a partir de una serie de hábitos de cuando es pequeño.
    Así, El lazarillo de Tormes es una novela que da las características de la novela picaresca: se narra desde un yo, el personaje principal es de estratos bajos, tiene un comportamiento social que puede ser deshonroso, es episódico (cada episodio retoma oficios y estamentos de la época), y no cuenta grandes aventuras, sino acciones cotidianas que tienen como fin la supervivencia. Finalmente vale la pena señalar el final de la obra como otra de las novedades. Si bien la narración se hace a causa de un rumor que el narrador intenta desmentir, no se resuelve si es cierto o no; se deja en manos del lector si decide creer o no a Lázaro. Esto demuestra que hay ventajas y desventajas de la narración en primera persona: por un lado permite que se construya un mundo elaborado, cohesionado y coherente, que es acorde con la visión de mundo de un sujeto; y por otro lado establece la indeterminación de los hechos al conocer un solo lado de los eventos narrados.
    Argumento: Es posible dividir la novela en varios momentos: los tres primeros tratados son los tratados del hambre; a partir del cuarto utiliza la técnica del silencio, el sexto y séptimo tiene un salto narrativo largo en el cual ya habla de la edad adulta, cuando es un vendedor de agua y es ayudante de un alguacil.
    [Prólogo] En este apartado se da a conocer un autor/narrador que quiere contar una historia con fines específicos: memoria, didáctico (se debe aprender algo). Se excusa del estilo y de la escritura, lo cual está relacionado con el tema mismo del que habla, y que conlleva que es posible que no le guste a todos. Y termina describiéndose a sí mismo a partir de su condición social y de sus problemas con la fortuna, la cual no es favorable para él.
    Tratado 1: Se cuenta la historia del nacimiento de Lázaro: su padre trabaja en un molino y después de verse involucrado en un robo, es llevado a luchar contra los moros, lugar donde muere. Su madre (quien se casa de nuevo) trabaja en una cocina. De nuevo, por un caso de robo su madre y su padrastro deben buscar otro trabajo y dan a Lázaro a un ciego. Ciego: después de una chanza donde el ciego hace que Lázaro se golpee, empieza su educación de supervivencia. El ciego pide limosna y es muy avaro; hace pasar a Lázaro mucha hambre, el protagonista se ve obligado a robarle al ciego de varias maneras: roba vino de una jarra, pan de una bolsa, toma más monedas o comida de la que le corresponde, cambia longanizas por piedras. Después de muchos golpes y hambre, Lázaro engaña al ciego para que se golpee fuertemente y, dejándolo herido en la calle, lo abandona.
    Tratado 2: clérigo. El segundo amo de Lázaro es mucho más avaro y le hace pasar más hambre. De nuevo el protagonista debe buscar formas para poder comer. Entre las picardías con el clérigo sobresalen: la fabricación de una llave para abrir el arcón del pan, la creencia de que son los ratones quienes se comen el pan (cuando lo descubren), el cambio de la historia por una culebra en lugar de los ratones, la destrucción progresiva del arcón. Al final, por un sonido que hace Lázaro mientras duerme, el clérigo descubre la llave y el robo; al final golpea a Lázaro y lo echa.
    Tratado 3: escudero. Después de mendigar, Lázaro consigue servir a un escudero. Contrario a lo que piensa Lázaro, el escudero es tan pobre como él, pero aparenta ser de alta cuna. Al inicio el escudero le quita pan a Lázaro con historias, pero con el tiempo ya deja en manos del protagonista la alimentación de los dos. Lázaro mendiga y busca formas de alimentarse y alimentar al escudero; pero con el tiempo, deben pagar el arriendo. Lázaro no tiene dinero, el escudero huye, dejando la casa vacía, y nunca se sabe nada más de él.
    Tratado 4: clérigo. Solo se dice que camina mucho. No se cuenta nada y se deja lugar a las especulaciones.
    Tratado 5: bulero. Cuenta una de las anécdotas: cuando en un pueblo los habitantes no querían contratarlo porque lo encontraban falso, se enfrentó con un alguacil del lugar. Después de la pelea entre los dos personajes, y mientras estaba en misa reaparece el alguacil y la pelea reinicia. El alguacil habla y dice que el que sea que esté mintiendo, debe ser castigado por Dios; acto seguido, el alguacil cae desmayado y temblando. El bulero reza por el alma del alguacil y después de eso se recuperó. Después de este milagro, todos quieren que el bulero rece sus bulas por ellos; pero al final Lázaro explica que el alguacil y el bulero son amigos y todo es una treta entre los dos.
    Tratado 6: capellán. Es un capítulo corto. Solo se dice que inicia su ascenso vendiendo agua, cuatro años.
    Tratado 7: alguacil. No se dice mucho de este amo, más que su oficio es peligroso; lo abandona rápido. Después se convierte en un pregonero al servicio de un Arcipreste. Cuenta cómo se casa con la criada y se muestra el caso que está presentando por el rumor que su esposa se acuesta con el Arcipreste, se deja este tema sin resolver (pareciera que Lázaro lo acepta y no le importa, al fin y al cabo come).

    Personajes:
    Lázaro de Tormes: Su padre es Tomé González, su madre: Antona Pérez.
    Amo 1 ciego: mendigo, avaro, historia de la jarra de vino, de la longaniza.
    Amo 2 clérigo: avaro, con él pasa la historia de la llave, el arcón, los ratones y la culebra.
    Amo 3 escudero: momento de mayor pobreza, Lázaro lo termina alimentando.
    Amo 4 fraile: camina mucho, no se cuenta su historia.
    Amo 5 buldero: engaña a la gente con bulas falsas, es un estafador.
    Amo 7 capellán: inicia el ascenso de Lázaro, se convierte en vendedor de agua.

    Amo 8 alguacil: sale de ese amo por ser un oficio peligroso.

  6. 035. Autor: Nicolás Maquiavelo.
    Título: El Príncipe. – {1513} [Madrid: Club del libro, 1998. 251 pp].
    El libro El príncipe de Nicolás Maquiavelo, es el tratado político más importante del renacimiento y la base de un número importante de tratados políticos actuales; es famosa la lectura y las anotaciones que a este libro hizo Napoleón Bonaparte, como guía para su propuesta política y militar (también es famosa la admiración de Mussolini). Este libro es el resultado de un contexto político administrativo, en el cual las reformas tuvieron un papel preponderante. Las luchas fuertes entre los gobiernos de los papas, las monarquías que se cuestionan en su momento, el crecimiento de los gobiernos republicanos y la aparición explícita de los excesos de la corrupción; son reflejo de lo que propone Maquiavelo como forma política de gobierno (basta ver el ascenso popular del dominico Savonarloa y su subsiguiente excomunión y envío a la hoguera por parte del papa). Maquiavelo forma parte de un grupo de personajes que se movían en la política italiana, lo que le permitió estudiar de manera cercana diferentes formas de gobierno (como el absolutismo francés); y conocer a políticos y militares, quien más interesaría al autor es “César Borgia”, al cual le dedica el libro y que aparece en varios apartados del texto (príncipe reconocido por su crueldad y su violencia).
    Al igual que en otras obras de Maquiavelo, El Príncipe se caracteriza por una conexión entre la teoría política y los ejemplos prácticos. De ahí que cada capítulo de esta obra, se estructure desde un consejo que el autor da para diferentes casos contingentes que pueden llegar a ocurrir en la política, y los ejemplifica con eventos históricos (y a veces literarios) de cómo puede ese ejemplo llegar (o no) a funcionar. La mayoría de estos ejemplos están relacionados con eventos ocurridos durante el Imperio Romano y con la forma en la cual se usaron las armas como herramienta de dominio. Así, la decadencia de cualquier imperio (y en especial el italiano) se deben al relajamiento o al no uso de las armas, la fuerza y el poder; para mantener un gobierno sólido. Maquiavelo, por ello, piensa este libro como un tratado en el cual la táctica militar y la política van de la mano; así, señala que la separación de la vida militar, la vida política y la vida civil, es la causa de la decadencia italiana (capítulo 24).
    El centro del libro es la conformación de un príncipe “nuevo” que pueda salvar a Italia del momento en el que se encuentra; para Maquiavelo, ese príncipe debe seguir una serie de normas que lleven a terminar el gobierno de corrupción que impera en Italia. Si bien Maquiavelo hace una ciencia política que describe conceptos, no está basada en lo abstracto, sino que tiene un referente claro en la política italiana del momento. Por lo tanto, es claro que este es un libro didáctico en el cual se busca “enseñar” a ese nuevo príncipe, a gobernar adecuadamente. Esta forma de enseñanza ha sido llamada de “realismo moral”, es decir que no se basa en la moral que se pesa a partir de la fe de la iglesia, sino desde la moral real que tienen (y deberían desarrollar) los príncipes. Esta ambigüedad del poder, está construida para el que será el tema principal del libro: la presencia o la ausencia de poder; es decir, cómo se obtiene, se sostiene, se roba o se concentra el poder alrededor de la imagen de un sujeto: el príncipe.
    Se dice que Maquiavelo no es solo el fundador de las democracias modernas, sino el primer pensador político de la era cristiana que analiza la política y las condiciones para acceder a él. Quizá una de las frases más famosas que se atribuyen a este libro es “el fin justifica los medios”, lo cual le ha dado a El príncipe, la fama de ser un libro que sustenta las ideas de tiranos y dictadores. Esta frase que no está en el libro y debe ser contextualizada para comprenderse: Italia se encontraba a inicios del siglo XVI constituida por una serie de ciudades-estado (o principados) que eran gobernados por príncipes; esta organización política seguía las normas del medioevo y ya no funcionaban para el momento de escritura del texto. Lo que hace Maquiavelo, es basarse en una idea de separación entre Estado e Iglesia (entre política y ética), y mostrar cómo un príncipe, para ese momento, debía buscar la reunificación y valerse de todo cuanto estuviera en sus manos para lograrlo. Claramente, esto peleaba contra una forma idealista y ética (religiosa) del Estado: si el príncipe hacía lo que fuera necesario, debía estar dispuesto a perder su alma (ir al infierno), en defensa de la Nación; en el camino del príncipe no podía haber redención ni una justificación que no fuera el bien de la nación. La finalidad práctica siempre debía ser lograr un gobierno tranquilo, en el cual no peligre la estabilidad del Estado (es decir, hay una visión racional y no mística del gobernante).
    Es posible entender a El príncipe como una contraposición a un libro como Utopía de Tomás Moro; dado que mientras en el libro de Moro se muestra la forma como debería ser un gobierno ideal, Maquiavelo se decide por mostrar la forma como funciona realmente el poder: con corrupción, mentiras y luchas por el poder. Así, en este libro, a partir de la observación empírica de la forma en la que funcionaba el Estado (tal como sería propio del renacimiento), Maquiavelo muestra cómo un príncipe debe luchar, ser mentiroso, cruel, faltar a la palabra y violar los principios religiosos a conveniencia, para poder sostenerse en el poder. Todas las conductas morales aparecen como simulaciones para el pueblo (se debe parecer compasivo, devoto, misericordioso), pero las acciones real deben estar alejadas de esa visión religiosa y romántica del poder que arrastraba toda la Edad Media (con la construcción de personajes como reyes benevolentes o gobernantes sabios). De esta propuesta de separación entre los dos entes (iglesia-estado) sobresalen algunas de las propuestas que, desde la moral, se piensan como malas y, por lo tanto, “maquiavélicas”: se debe juzgar por los resultados y por las acciones que se tomaron para llegar a ellos, es mejor ser temido que ser querido, las armas son las que logran sostener el poder, el buen uso de la crueldad sirve para el príncipe, etc.
    Argumento: No se hará una clasificación por capítulos, sino una división por grupos de temas.
    [Prólogo] La obra se inicia con un prólogo en el cual se dedica el libro a Lorenzo de Medici (uno de los baluartes de la idea de los nuevos principados). El libro se presenta como didáctico, práctico, y con referencias históricas reales (no imaginarias). Se plantea como una compilación de grandes héroes y de qué se puede aprender de ellos.
    [Capítulo 1 al 8] En la primera parte clasifica los principados en dos tipos: hereditarios, mixtos (se niega a hablar de las repúblicas). Explica estos dos tipos de principados y da como ejemplo claro el reino de Darío. Da una serie de consejos prácticos alejados de la moral y propone acciones como asesinatos o masacres, como formas de mantener el poder. En una segunda parte, comenta las formas en que se puede (debe) adquirir principados que tienen leyes antes (es decir, cómo combatir con el pasado). Para hacer este estudio, divide las formas de tomar principados por medio de las armas, por su valor, por fortuna, con ayuda de las fuerzas de otro o con maldades. En esta segunda parte, usa mucho como ejemplo a César Borgia.
    [Capítulo 9 al 14] En este segundo segmento, Maquiavelo clasifica los diferentes tipos de principados: eclesiásticos y civiles. Después se dedica a establecer la relación que debe existir entre el príncipe y las milicias: cuáles son las mejores, de qué tipos hay, etc. Es necesario tener en cuenta que en esa época había muchos mercenarios, y Maquiavelo estaba convencido que Italia necesitaba un ejército compuesto por la población (soldados civiles).
    [Capítulo 15 al 21] En este segmento, Maquiavelo habla de las características que un buen príncipe debe tener y las flaquezas que debe evitar. Entre las mejores características están: crueldad, liberalidad, poder faltar a sus palabras, ser temido, etc. Maquiavelo siempre juega con una dicotomía de valores, y llega a la conclusión de cuál es más útil en cada caso.

    [Capítulo 22 al 26] Inicia con una reflexión sobre cómo elegir a los consejeros y ministros, y termina con una reflexión mucho más práctica de las cosas que están ocurriendo en Italia. Es posible decir que este último segmento es el que logra conectar toda la teoría y la historia trabajada con una actualidad pragmática. Al final, para Maquiavelo Lorenzo de Médici es la persona que está llamada a ser (por el contexto y por la personalidad de Lorenzo), el nuevo príncipe; es decir, es quien cumple con todas las condiciones que acaba de describir, será él el redentor.

  7. 032.
    Autor: Garci Rodríguez de Montalvo.
    Título: Amadís de Gaula. – {1508} [Madrid: Alianza Editorial, 2001. 2 tomos 940 p.p.] {Introducción}.
    El Amadís de Gaula, es el libro de caballería más famoso de la tardía Edad Media. Está dividido en cuatro libros, cada uno dividido a su vez en capítulos (133 en total). Si bien el Amadís de Gaula se atribuye a Garci Rodríguez de Montalvo, es claro que la historia forma parte de una tradición anterior, y se considera que Montalvo hizo una refundición de los tres primeros libros y escribió el cuarto; el mismo Montalvo después realizó una serie de continuaciones (Las Sergas de Esplandián) que se convertirían en el libro quinto del Amadís de Gaula (que tendría 13 libros en total, contando todas las continuaciones que se realizaron posteriormente). Este libro es el que ayudaría a consolidar el género de la literatura de caballería, dado que en textos anteriores había una indeterminación genérica en ciertos aspectos como el lenguaje, la estructura o los personajes. Así, palabras como “romance” o “roman”, no coincidían en su semántica, por lo que la “novela de caballería” del Amadís, describe los libros de gusto popular que narraban historias artificiosas o inventadas. De esta manera, a partir de la división horaciana de las historias (cuentan cosas reales, tienen verdades con fantasía, y son pura fantasía) a la cual refiere Montalvo, El Amadís de Gaula empieza a cimentar la aparición de la novela.
    El Amadís de Gaula se puede enmarcar en una serie compleja y larga de relaciones literarias entre las cuales se encuentra no sólo la literatura artúrica, sino toda la tradición de la caballería que se desarrolló en la Edad Media. Ya al inicio del libro, Montalvo se preocupa por encontrar una posible veta de familia y sangre que conecten al Amadís con el rey Arturo; y es clara la aparición de algunas escenas que estaban en textos de Troyes, o de otros cantos como los del Tristán de Leonis. La segunda influencia fuerte del Amadís de Gaula, son las historias de las cruzadas; en estos libros las enseñanzas, la forma de vida, el contexto y la ideología del momento se describen de manera particular, y hay referencias directas a acciones que aparecen en este libro. Una tercera referencia que aparece de manera estructural, son los relatos de Troya que añaden un tono mítico a toda la construcción ideológica del mundo del Amadís. Lo más importante de esta obra no es solo las influencias que tuvo, sino que se convirtió en una obra que influyó a toda la literatura de caballería posterior (fue la novela de caballería más famosa) sino que construyó una estructura y unos personajes que posteriormente se parodiarán en El Quijote.
    Estructuralmente, el libro consta de un narrador que tiene todas las trazas de estar contando una historia que observa de manera objetiva; es omnisciente y conoce los sentimientos y los pensamientos de los personajes. Sin embargo, en El Amadís de Gaula se usa una serie de encajonamientos que también se usarán, posteriormente y de manera paródica, en El Quijote: el manuscrito encontrado, el traductor (el original está siempre en lengua culta), el autor. Esto muestra cómo ya lo oral estaba siendo desplazado, en su confianza histórica, por los documentos escritos, los cuales aparecían como base y fuente de las cosas que realmente ocurrieron. Es decir, dado que Montalvo ubica la historia en época cercana a la muerte de Cristo, es necesario darle a la obra una verosimilitud que posibilite que todos los elementos fantásticos de la obra (la magia, los encantamientos, etc.) se entrecrucen con la veracidad de la historia y de la religión. Otro de los elementos de la estructura es la construcción de una especie de “camino del héroe”, en el cual se muestra el inicio familiar y pedagógico del héroe, lo cual será reafirmado por una serie de aventuras que lo hacen crecer. Es claro que el caballero andante debe mostrar valía por sí mismo (por lo cual Amadís es abandonado o Galaor es raptado por un gigante), pero esa valía se convierte en prenda de honor cuando se descubre su linaje.
    Los grandes temas del libro son la familia, el amor y las relaciones políticas de la vida cortesana. Por el lado de la familia, lo que se hereda y lo que se adquiere con esfuerzo, forman una dialéctica que será la que construya al héroe. De la misma forma los antagonistas formarán clanes familiares que posibilitarán la repetición constante de las aventuras y la reafirmación del valor de héroe.
    [Argumento; Libro I] La obra se inicia con un “Prólogo” en el que se anuncia la forma en la cual se construye un héroe: desde Grecia antigua al momento de escritura. Se habla de la verdad de una crónica o la falsedad las patrañas. Además de falsa modestia del escritor, se cuenta cómo aparecieron los tres primeros libros de Amadís  a los cuales el autor hizo correcciones y aumentó un cuatro libro. Al final, se presenta su autor: Garci Rodríguez de Montalvo.
    [Comienza la obra] Se inicia con los amores furtivos de Perión de Gaula y Elisena (descendiente del rey de pequeña Bretaña).
    [Cap. 1 al 4] Después de una pesadilla en la cual le roban el corazón, Perión se encuentra con Elisena y su doncella; Perión le promete matrimonio y la unión se consuma por 10 noches. Perión parte y deja embarazada a Elisena. Elisena decide dejar al niño en un arca en el río (como Moisés), y lo recoge Gandales, quien acaba de tener a Gandalín (se convertirá en el escudero de Amadís). Aparece en medio de todo Urganda la desconocida, quien le dice a Gandales que su hijo será el mejor caballero andante. Años después Perión y Elisena se casan; y Perión se entera de la existencia de su hijo; Amadís (que durante mucho tiempo es llamado “El doncel del mar”) es llevado junto con Gandalín al reino de Escocia. Estando en ese reino, Amadís se conoce con Oriana (12 años) y se enamoran mutuamente. Amadís quiere ser nombrado caballero, ante lo que Oriana le ayuda y Perión lo nombra (sin saber que es su padre). Salen Amadís y Gandolín a buscar aventuras. Su primera aventura es la de un hombre muerto, un herido y una mujer que es esposa y amante. Terminan matando a los tres hermanos de la mujer.
    [Cap. 4 al 9] Inician las varias aventuras: Urganda le regala una lanza, conoce a la doncella de Dinamarca, salva a Perión, conoce caballeros pérfidos y les gana (Galpano). Mientras tanto, Galaor (hermano de Amadís) es adiestrado por el gigante Gandalac. Las hazañas de Amadís llegan a oídos del castillo de Languines. Amadís sigue su camino, en el cual vuelve a salvar a Perión, esta vez ayudándolo en una batalla; ganando una batalla singular. Mientras las aventuras de Amadís siguen, Oriana es llevada al castillo de Laguines, y se entera del nombre verdadero de Amadís; le pide a la doncella de Dinamarca que lo busque y le anuncie su nombre real. La doncella de Dinamarca le anuncia su nombre y Amadís decide ponerse al servicio del rey Lisuarte para estar cerca a su amada.
    [Cap. 10 al 14] Debido a la confusión entre un par de anillos perdidos, Perión y Elisena reconocen a Amadís como su hijo (en este momento se cambia el nombre), ya es posible casarse con Oriana porque tiene linaje noble. Amadís (esta vez llamado “Caballero de los leones”) se une a su hermano Galaor a quien nombra caballero y a Urganda para derrotar un caballero en un castillo. Después de este encuentro se separan Galaor y Amadís y se empiezan a narrar las aventuras por separado. Galaor reta a un gigante y tiene un enfrentamiento con un enano; por su parte, Amadís se enfrenta a un caballero inhospitalario (Dardán) en un duelo, quiere defender a una viuda pero en el fondo es vengar la inhospitalidad del caballero. En este episodio, Amadís ve a la doncella de Dinamarca y estuvo a punto de perder por pensar en Oriana (Dardán mata a la doncella y se suicida). Encuentro entre Oriana y Amadís, conversación desde el balcón.
    [Cap. 15 al 19] Amadís se convierte en caballero de Oriana y la reina. Se continúan las aventuras de Galaor que (junto con su escudero) lucha contra el señor de un castillo y libera una dama presa. Aparece un nuevo personaje: Agrajes que es primo de Amadís y tiene como dama a Olinda; junto con Galvanes, tienen una serie de duelos para liberar a una doncella que ha sido encerrada por un duque, con ayuda del enano que apareció antes. Amadís parte en busca de su hermano Galaor para que sirva al rey Lisuarte. En el camino derrotan a caballeros que lo conocen por haber derrotado a Dardán. Conoce un caballero que cuida un puente y mata a quien no diga que la suya es la dama más hermosa, le gana pero le promete ayudarlo. Un enano guía a Amadís hasta un castillo y lo hace enfrentarse con Arcalaus; un mago que hace que Amadís pierda su fuerza, le quite su armadura y deje quieto a Amadís hasta que muera de inanición. La esposa de Arcalaus deshace el hechizo, Amadís sale y busca a su enemigo.
    [Cap. 20 al 25] Arcalaus se presenta en la corte de Lisuarte con las armas de Amadís, dice que lo ha matado; cosa que desmiente después uno de los que salvó en el camino. Mientras tanto, Galaor se enfrenta con un caballero que le robó el caballo, y Amadís termina en un castillo en el cual lucha contra muchos caballeros. Al final, para ayudarlo, una niña libera unos leones que hacen huir despavoridos a todos, menos a Amadís; la niña le cuenta de una afrenta hecha a su padre y Amadís (algo enamorado) le dice que la vengará en un año con dos amigos (Galaor y Agrajes). Después Amadís evita una pelea decapitando una doncella, y se reúne de nuevo con Galaor; se inicia con esto un posible reencuentro de todos los héroes que están en distintas partes. En el camino Galaor se encuentra con un cadáver y decide salir a vengar su muerte. Al llegar al castillo Galaor mata a todos los caballeros y se queda disfrutando de la reina madre (Brandueta), varias veces.
    [Cap. 26 al 30] Amadís se encuentra una mujer que está siendo atacada por un hombre, la libera pero la vuelven a atrapar. Amadís entra al castillo al día siguiente y lucha contra muchos caballeros; al final una dama le dice que todo ello es una puesta en escena para atraer a un caballero llamado Amadís que hizo una promesa (al del puente, cap. 17). Amadís, sin decir quién es, dice que irá a buscarlo (buscarse). Amadís lucha contra el raptor de la doncella y le vence; libera a la dama quien decide quedarse porque se enamoró de su captor. Balais (escudero de Galaor) tiene una corta aventura; al final de la cual se reúnen Amadís, Galaor y Balais. Esta parte termina con una serie de audiencias reales que tiene el rey Lisuarte, en donde demuestra su sabiduría; al final, Amadís, Galaor y Balais llegan a la corte. Fiesta.
    [Cap. 31 al 35] La corte en pleno se dirige a Londres, mientras tanto Barsinán y Arcaláus hacen un complot para derrotar a Lisuarte. Hay matrimonios y festejos. En una reunión se debate si guardar riquezas o atraer los mejores caballeros; se decide atraerlos pero siempre cuidando que se tenga preferencia por los veteranos. Después una dama llega a la corte y pide dos caballeros que la venguen, Lisuarte elige a Amadís y a Galaor; al llegar descubren que es una celada y que quieren que juren honor al Madasina (quien los atrapó). Al inicio no quieren pero, por consejo de un viejo, Galaor la enamora y le dice que sí lo harán, falsamente. En el reino, Lisuarte es engañado por Arcaláus y después de una lucha desigual es puesto preso junto a Oriana y a la doncella de Dinamarca. Arcaláus envía a diferentes prisiones a los atrapados y da órdenes a Barsinán. Galaor, Gandalín y Amadís se enteran de lo ocurrido a Lisuarte y a las damas; se dividen: Galaor va por Lisuarte, Amadís va por Oriana. Amadís llega al castillo de Grumen y derrota muchos caballeros, pero no loga atrapar a Arcaláus que huye. Le entregan la espada a Amadís, llegan a un pueblo y Amadís se acuesta con Oriana convirtiendo a la doncella en dueña.
    [Cap. 36 al 38] Inicia la aventura de Galaor para recuperar al rey, dos caballeros lo persiguen porque se sienten desairados; al final encuentra a los captores del rey, los dos caballeros lo ayudan. Quien tiene a Lisuarte es el primo de Arcaláus quien es vencido fácilmente por Lisuarte (encadenado). Mientras tanto, Barsinán intenta tomar el castillo ante la noticia de su secuestro, el castillo es defendido por Arbán. Amadís se entera de los planes de Barsinán, entra disfrazado a la ciudad y se reúne con Arbán. Simulan estar vencidos y cuando entran derrotan a todos los hombres de Barsinán, a quien llevan preso. Todos se reúnen felizmente y a Barsinán y al primo de Arcaláus los enjuician y los condenan a la hoguera. Vuelven las aventuras, inicialmente la de Madasima a quien le juran honor, para abdicar de él un momento después (y volver a Lisuarte).
    [Cap. 39 al 43] Después de reiniciada la vida en la corte, se muestra un juicio de tres contra tres en el cual participa Agrajes, Oliva y Galvanes; los hombres de Lisuarte son los ganadores. Después Agrajes, Galaor y Amadís parten para cumplir la promesa hecha a la niña del cap. 27. En el camino aparece el caballero de La Floresta, que vence a Agrajes y a Galaor y a Amadís; los tres le piden revancha pero el caballero parte. Amadís cumple la promesa hecha a la niña (Briolanja) y al final ella le pide que la deje embarazada; Amadís no quiere hacerlo así que deja que Galaor lo haga. Galaor sale solo a perseguir al caballero de La Floresta, y lo encuentra en la isla de Corisanda. El caballero de la Floresta se enfrenta a Galaor, y después de una pelea fuerte, Galaor logra ganarle y le pide como recompensa que le diga su nombre. El caballero de La Floresta resulta ser Florestán: medio hermano de Amadís y de Galaor; después se cuenta la historia de Florestán. Amadís, mientras tanto, cumple la promesa de Briolanja, se enfrenta junto con Agrajes a dos caballeros en una lucha complicada, pero que igual ganan. Los héroes se quedan recuperándose de sus heridas en el castillo de Briolanja. El libro termina con la aventura de Florestán y las tres doncellas, las cuales están cuidadas por tres caballeros que Florestán derrota. Le dan una al personaje que los hospedó y se reparten las otras dos. Al final se reúnen en el castillo: Florestán, Amadís, Galaor y Agrajes.
    [Personajes] Se pueden dividir en cinco: Héroes***, antagonistas**, ayudantes*, destinatarios, testigos. En esta lista estarán marcados los tres primeros que forman parte trascendental de la novela.
    ***Amadís de Gaula: llamado “El doncel del mar”, “Beltenebros”, “El caballero de la verde espada”
    ***Galaor: hermanastro de Amadís, compañero de aventuras, uno de los grandes héroes.
    ***Esplandián: Hijo de Amadís (libro IV).
    **Arcaláus: Mago encantador que persigue a Amadís, el gran enemigo en el libro I.
    **Dardán: Enemigo de Amadís, después de un duelo mata a su dama y se suicida.
    **Abiés: Rey contra el que lucha Amadís, cuyos familiares reaparecerán durante todo el libro.
    *Urganda la Desconocida: Maga, pitonisa. Se presenta generalmente con rostros diferentes.
    Florestán, Agrajes: Caballeros que ayudan o acompañan las aventuras de Amadís.
    Gandalín: hermano putativo de Amadís, se convertirá en su escudero. (Gandales es su padre).
    Oriana: doncella de Amadís, hija de rey Lisuarte.

    Perión de Gaula: padre de Amadís y esposo de Elisena.