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  1. 035. Autor: Nicolás Maquiavelo.
    Título: El Príncipe. – {1513} [Madrid: Club del libro, 1998. 251 pp].
    El libro El príncipe de Nicolás Maquiavelo, es el tratado político más importante del renacimiento y la base de un número importante de tratados políticos actuales; es famosa la lectura y las anotaciones que a este libro hizo Napoleón Bonaparte, como guía para su propuesta política y militar (también es famosa la admiración de Mussolini). Este libro es el resultado de un contexto político administrativo, en el cual las reformas tuvieron un papel preponderante. Las luchas fuertes entre los gobiernos de los papas, las monarquías que se cuestionan en su momento, el crecimiento de los gobiernos republicanos y la aparición explícita de los excesos de la corrupción; son reflejo de lo que propone Maquiavelo como forma política de gobierno (basta ver el ascenso popular del dominico Savonarloa y su subsiguiente excomunión y envío a la hoguera por parte del papa). Maquiavelo forma parte de un grupo de personajes que se movían en la política italiana, lo que le permitió estudiar de manera cercana diferentes formas de gobierno (como el absolutismo francés); y conocer a políticos y militares, quien más interesaría al autor es “César Borgia”, al cual le dedica el libro y que aparece en varios apartados del texto (príncipe reconocido por su crueldad y su violencia).
    Al igual que en otras obras de Maquiavelo, El Príncipe se caracteriza por una conexión entre la teoría política y los ejemplos prácticos. De ahí que cada capítulo de esta obra, se estructure desde un consejo que el autor da para diferentes casos contingentes que pueden llegar a ocurrir en la política, y los ejemplifica con eventos históricos (y a veces literarios) de cómo puede ese ejemplo llegar (o no) a funcionar. La mayoría de estos ejemplos están relacionados con eventos ocurridos durante el Imperio Romano y con la forma en la cual se usaron las armas como herramienta de dominio. Así, la decadencia de cualquier imperio (y en especial el italiano) se deben al relajamiento o al no uso de las armas, la fuerza y el poder; para mantener un gobierno sólido. Maquiavelo, por ello, piensa este libro como un tratado en el cual la táctica militar y la política van de la mano; así, señala que la separación de la vida militar, la vida política y la vida civil, es la causa de la decadencia italiana (capítulo 24).
    El centro del libro es la conformación de un príncipe “nuevo” que pueda salvar a Italia del momento en el que se encuentra; para Maquiavelo, ese príncipe debe seguir una serie de normas que lleven a terminar el gobierno de corrupción que impera en Italia. Si bien Maquiavelo hace una ciencia política que describe conceptos, no está basada en lo abstracto, sino que tiene un referente claro en la política italiana del momento. Por lo tanto, es claro que este es un libro didáctico en el cual se busca “enseñar” a ese nuevo príncipe, a gobernar adecuadamente. Esta forma de enseñanza ha sido llamada de “realismo moral”, es decir que no se basa en la moral que se pesa a partir de la fe de la iglesia, sino desde la moral real que tienen (y deberían desarrollar) los príncipes. Esta ambigüedad del poder, está construida para el que será el tema principal del libro: la presencia o la ausencia de poder; es decir, cómo se obtiene, se sostiene, se roba o se concentra el poder alrededor de la imagen de un sujeto: el príncipe.
    Se dice que Maquiavelo no es solo el fundador de las democracias modernas, sino el primer pensador político de la era cristiana que analiza la política y las condiciones para acceder a él. Quizá una de las frases más famosas que se atribuyen a este libro es “el fin justifica los medios”, lo cual le ha dado a El príncipe, la fama de ser un libro que sustenta las ideas de tiranos y dictadores. Esta frase que no está en el libro y debe ser contextualizada para comprenderse: Italia se encontraba a inicios del siglo XVI constituida por una serie de ciudades-estado (o principados) que eran gobernados por príncipes; esta organización política seguía las normas del medioevo y ya no funcionaban para el momento de escritura del texto. Lo que hace Maquiavelo, es basarse en una idea de separación entre Estado e Iglesia (entre política y ética), y mostrar cómo un príncipe, para ese momento, debía buscar la reunificación y valerse de todo cuanto estuviera en sus manos para lograrlo. Claramente, esto peleaba contra una forma idealista y ética (religiosa) del Estado: si el príncipe hacía lo que fuera necesario, debía estar dispuesto a perder su alma (ir al infierno), en defensa de la Nación; en el camino del príncipe no podía haber redención ni una justificación que no fuera el bien de la nación. La finalidad práctica siempre debía ser lograr un gobierno tranquilo, en el cual no peligre la estabilidad del Estado (es decir, hay una visión racional y no mística del gobernante).
    Es posible entender a El príncipe como una contraposición a un libro como Utopía de Tomás Moro; dado que mientras en el libro de Moro se muestra la forma como debería ser un gobierno ideal, Maquiavelo se decide por mostrar la forma como funciona realmente el poder: con corrupción, mentiras y luchas por el poder. Así, en este libro, a partir de la observación empírica de la forma en la que funcionaba el Estado (tal como sería propio del renacimiento), Maquiavelo muestra cómo un príncipe debe luchar, ser mentiroso, cruel, faltar a la palabra y violar los principios religiosos a conveniencia, para poder sostenerse en el poder. Todas las conductas morales aparecen como simulaciones para el pueblo (se debe parecer compasivo, devoto, misericordioso), pero las acciones real deben estar alejadas de esa visión religiosa y romántica del poder que arrastraba toda la Edad Media (con la construcción de personajes como reyes benevolentes o gobernantes sabios). De esta propuesta de separación entre los dos entes (iglesia-estado) sobresalen algunas de las propuestas que, desde la moral, se piensan como malas y, por lo tanto, “maquiavélicas”: se debe juzgar por los resultados y por las acciones que se tomaron para llegar a ellos, es mejor ser temido que ser querido, las armas son las que logran sostener el poder, el buen uso de la crueldad sirve para el príncipe, etc.
    Argumento: No se hará una clasificación por capítulos, sino una división por grupos de temas.
    [Prólogo] La obra se inicia con un prólogo en el cual se dedica el libro a Lorenzo de Medici (uno de los baluartes de la idea de los nuevos principados). El libro se presenta como didáctico, práctico, y con referencias históricas reales (no imaginarias). Se plantea como una compilación de grandes héroes y de qué se puede aprender de ellos.
    [Capítulo 1 al 8] En la primera parte clasifica los principados en dos tipos: hereditarios, mixtos (se niega a hablar de las repúblicas). Explica estos dos tipos de principados y da como ejemplo claro el reino de Darío. Da una serie de consejos prácticos alejados de la moral y propone acciones como asesinatos o masacres, como formas de mantener el poder. En una segunda parte, comenta las formas en que se puede (debe) adquirir principados que tienen leyes antes (es decir, cómo combatir con el pasado). Para hacer este estudio, divide las formas de tomar principados por medio de las armas, por su valor, por fortuna, con ayuda de las fuerzas de otro o con maldades. En esta segunda parte, usa mucho como ejemplo a César Borgia.
    [Capítulo 9 al 14] En este segundo segmento, Maquiavelo clasifica los diferentes tipos de principados: eclesiásticos y civiles. Después se dedica a establecer la relación que debe existir entre el príncipe y las milicias: cuáles son las mejores, de qué tipos hay, etc. Es necesario tener en cuenta que en esa época había muchos mercenarios, y Maquiavelo estaba convencido que Italia necesitaba un ejército compuesto por la población (soldados civiles).
    [Capítulo 15 al 21] En este segmento, Maquiavelo habla de las características que un buen príncipe debe tener y las flaquezas que debe evitar. Entre las mejores características están: crueldad, liberalidad, poder faltar a sus palabras, ser temido, etc. Maquiavelo siempre juega con una dicotomía de valores, y llega a la conclusión de cuál es más útil en cada caso.

    [Capítulo 22 al 26] Inicia con una reflexión sobre cómo elegir a los consejeros y ministros, y termina con una reflexión mucho más práctica de las cosas que están ocurriendo en Italia. Es posible decir que este último segmento es el que logra conectar toda la teoría y la historia trabajada con una actualidad pragmática. Al final, para Maquiavelo Lorenzo de Médici es la persona que está llamada a ser (por el contexto y por la personalidad de Lorenzo), el nuevo príncipe; es decir, es quien cumple con todas las condiciones que acaba de describir, será él el redentor.

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