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Autor: Homero.
Título: Odisea. – {S VII a.C.} [Bogotá: Editorial Gredos (Planeta
DeAgostini). 1995. 409 pp.]
La
Odisea epopeya escrita aproximadamente
en el Siglo VIII a.C. Se considera la obra de la madurez de Homero, consta de
11.600 versos y está organizada en 24 cantos. Al igual que ocurre con La Ilíada, es escrita en hexámetros
dactílicos. Se ha buscado estructurar La
Odisea de varias maneras, algunos la dividen en tres grandes partes: La
Telemaquía (cantos 1 al 4), el regreso de Ulises (cantos 5 al 12) y la venganza
de Ulises (cantos 13 al 24). Otros la dividen en dos grandes temáticas, una
primera que está del canto 1 al 12 y que describe las aventuras de Ulises; y
una segunda que va de los cantos 13 al 24, que refiere a Ulises en Ítaca.
Estructuralmente, la obra no tiene una
narración lineal, sino que inicia in
media res, y la historia de Ulises se cuenta por medio de un flashback en el cual es posible
desplazar la narración a una primera persona (Ulises en Feacia) que recuerda
sus aventuras. Esto hace que se cuenten hechos anteriores en base a recuerdos o
a narraciones. Dos de las grandes innovaciones de La
Odisea son: la aparición de un héroe individual como centro del relato
(contrario al héroe colectivo de La
Ilíada) y el hecho de que todas las aventuras de Ulises tengan como
finalidad lograr algo concreto: el regreso a casa (estructura es retomada de
leyendas como la de Heracles o Teseo). La
Odisea se construye como la pintura de toda una sociedad, de sus valores
éticos, morales y sociales; es posible describirla como una galería de valores
humanos.
Hay dos grandes motivos temáticos en La Odisea: el religioso-mítico y el de
historias populares de marineros. El primero se refiere a todo el constructo de
los héroes troyanos. Retoma gran parte de la leyenda que contaba el regreso de
los héroes aqueos al hogar centrándose en Ulises. Así, podemos ver cómo a
medida que Telémaco pregunta por su padre, Néstor y Menelao le cuentan sobre la
muerte de Agamenón (orestíada), el fin de Ayax, la llegada a tierra de los
mirmidones, etc. Por otro lado aparece desde el primer canto una conferencia de
los dioses que remite a la presencia de los olímpicos (y la cosmogonía heroica
griega) durante toda la obra. Principalmente, los dos dioses que más participan
en La Odisea son Atenea como el dios
que ayuda a Ulises y Poseidón como el dios que no le permite un arribo fácil al
héroe griego. La segunda parte está referida principalmente a la parte llamada
“el regreso de Ulises”, de corte más fantástico y en donde aparecen tramas que,
seguramente, fueron parte del acervo popular de los navegantes. Personajes como
las sirenas, los cíclopes, los lotófagos, Escila y Caribdis, aparecen como
monstruos o pruebas que Ulises debe atravesar.
Eric Auerbach contrapone la narración en La Odisea a la narración bíblica y, a
partir de esta comparación, realiza una serie de caracterizaciones de la
epopeya homérica. Para Auerbach, en Homero no se reconoce nunca un segundo
plano, todo está contado desde el primer plano y el presente. La finalidad de
su descripción descansa en todos los puntos, agota las acciones y los
personajes, no dejando puntos vacíos o en blanco. Así, Homero representa
objetos acabados, visibles y palpables; los cuales están definidos por sus
relaciones con su espacio y su tiempo. Las repeticiones, las digresiones y los
adjetivos descriptivos; impiden la concentración de la narración en un solo
punto, evita también el progreso de la tensión unívoca, haciendo que se
pluralicen las historias y por lo tanto produzca “distensión”. Esta idea de
Auerbach está en contravía con las ideas que plantean que en Homero hay
retardaciones de las acciones para producir tensión; así, la historia de la
cicatriz de Ulises (Canto 19) no retarda la llegada del héroe, sino que
completa la información para que nada quede en vacíos. Así, las figuras de
Homero son iluminadas, definidas en el tiempo, juntas en un primer plano y
pobres de tensión dramática. Héroes como Ulises o Telémaco, despiertan cada día
como si fuera el primero, no despiertan pasiones duales o problemáticas: son
simples en la imagen del hombre y de la sociedad que describen. Los héroes de La Odisea aceptan las peculiaridades de
la existencia humana sin cavilar, no evolucionan, la historia de sus vidas se
basa en un continuo presente (Ulises parece no cambiar veinte años después de
haber salido de Ítaca, no hay transformación). Ensanchando esta visión de
totalidad en la narración y haciendo una separación entre los elementos de lo
histórico y lo legendario, Auerbach comenta que Homero no tiene la necesidad de
copiar la realidad histórica, dado que su realidad es tan fuerte que se
completa por sí misma. Se elimina así lo contrapuesto, lo secundario, lo
diverso, los diferentes planos. Lo legendario ordena sus elementos de forma
unívoca: su unidad compacta de contar está unida, no se puede alterar.
Socialmente, es posible ver cómo en La
Odisea no se despliega otra vida que no sea la señorial: las acciones
ocurren en su mayoría en casas señoriales, de familias aristócratas en donde la
servidumbre sólo cumple el papel de servir a los amos (y “ser” por ellos). Así,
al igual que en la narración, se habla de una estructura social inmutable, en
donde la narración de lo sublime y lo cotidiano se mezcla en sin niveles
diferenciales.
(Herman Fränkel) En la Odisea los seres
humanos tienen más hondura psicológica y delicadeza en las acciones simbólicas que
realizan. La voluntad humana y los planes divinos se encuentran entrelazados en
una conexión íntima; sin embargo en La
Odisea es posible ver más autonomía de las decisiones del hombre que en La Ilíada. Aun así, el sujeto homérico
no se siente sujeto sino objeto de acciones que le afectan.
Temáticas:
-Al igual que en La Ilíada, varios temas aparecen en La Odisea. El tema que está presente en
toda la obra es la hospitalidad (Xenia).
Tanto quienes acogen bien a sus huéspedes tienen un beneficio en honra, como
quienes se portan mal con ellos tienen un castigo. El acto de la acogida es muy
importante es toda la obra. Así, el huésped (xeinos) se quiere que devenga en amigo (filos) por medio del respeto (aidos),
la honra (time) y la justicia (dike). Así, toda la obra está remitida a
banquetes, fiestas, historias, recepciones en las cuales se recibe a Telémaco o
a Ulises. Finalmente quienes no se han comportado bien como huéspedes (los
pretendientes) u hospederos (como Polifemo), serán castigados por su
imposibilidad de ser sociales.
-(Parte 1) Un tema relacionado con la primera
parte del libro (Telemaquía) tiene que ver con el crecimiento y la madurez.
Telémaco pasa de la adolescencia a la adultez, la cual está marcada por varios
eventos: en el Canto 1 ordena al Aedo qué cantar (primera vez que lo hace, dice
Penélope), en el Canto 2 intenta sacar a los pretendientes de Ítaca, en el
Canto 3 entra en el trato social de la Xenia
y se educa para la madurez. El viaje de la búsqueda es iniciático: permite
narrar cómo Telémaco madura y se puede convertir en el futuro rey de Ítaca.
-(Parte 2) El tema principal de la segunda
parte es el Nostos: el regreso. Después
de la salida de la Isla de Calipso, Ulises se caracteriza por su audacia, por
medio de la cual logra escapar de los muchos inconvenientes que tiene para
volver a casa. La característica más importante de Ulises es su astucia (metis) con la que crea ingenios que lo
hacen escapar. La caracterización de Ulises como el de “muchas argucias” o el
“astuto Ulises”, da cuenta de la importancia de esta característica en el poema
homérico.
-(Parte 3) La última parte (segunda mitad
de la epopeya) desarrolla el tema de la venganza (¿némesis?) y el reconocimiento (anagnórisis). Tras veinte años sin regresar a casa, Ulises regresa a
Ítaca para vengarse de los pretendientes que han vaciado la casa de las
riquezas (han sido malos huéspedes). Las pruebas son el centro de esta parte:
tanto pruebas que debe pasar Ulises para ser reconocido (el arco y las hachas;
la lucha contra el mendigo), como pruebas de reconocimiento (las cicatrices,
los árboles, las historias, las descripciones).
Resumen:
Parte
1 La Telemaquía (Cantos 1 al 4):
Inicia con una asamblea de los dioses en la cual Zeus permite la llegada de
Ulises a su hogar. Atenea, por su parte, se disfraza de Mentes e insta a
Telémaco para que salga tras la búsqueda de su padre. Telémaco realiza entonces
una asamblea, en la cual pide a los pretendientes que se vayan (Atenea se disfraza
de Mentor); es ese el primer acto de madurez de Telémaco. Al ver que no se van,
decide salir en busca de su padre. Viajes de Telémaco: a) a Pilos: Néstor quien
le relata el destino de los otros héroes troyanos: Ayax, Agamenón, Aquiles. b)
a Esparta: Menelao quien le informa la suerte de su padre: está con Calipso
en Ogigia. La Telemaquía termina con la
noticia de una emboscada que los pretendientes tienden a Telémaco.
Parte
2-1 El Regreso de Ulises (Cantos 5 al 8): Inicia con una asamblea de
los dioses, Zeus ha decidido que Ulises puede partir y le ayuda a salir de la
isla de Ogigia. Polifemo destruye su barca, pero la nereida Leucotea le ayuda a
llegar a la isla de los Feacios. Al llegar lo ve Nausicaa quien se asombra de
su belleza y piensa en casarse con él. Lo lleva a la corte (donde el rey
Alcinoo) a hacerse cargo de la hospitalidad. Se recibe a Ulises en la corte con
la hospitalidad debida, se le pide que cuente sus historias. Hay una
competencia de disco (la gana Ulises) y el canto de un aedo (Demódoco); se le
pregunta a Ulises cuál es su identidad.
Parte
2-2 Aventuras de Ulises (Cantos 9 al 12): (9) Al salir de Ítaca Ulises
destruye la ciudad de los cicones; llegan a la isla de los lotófagos (del
olvido), donde se pierde el deseo de regresar; llegan a la isla de los cíclopes
[historia con Polifemo]. (10) Llegan después a la isla de Eolo (casi regreso,
curiosidad); Isla de los lestrigones (gigantes antropófagos); isla de Circe la
hechicera (pociones) que convierte a los hombres en cerdos y le dice a Ulises
que deberá pasar por el Hades, por las sirenas y por Escila y Caribdis. (11)
Ulises viaja también al Hades y habla con Tiresias. Aparecen los héroes muertos
de Troya quienes le cuentan sus destinos. (12) Ulises escapa de las sirenas,
logran salvarse de Escila (monstruo marino con cola de pez y cuerpo de mujer) y
de Caribdis (monstruo marino que simulaba un remolino). Llegada a la Isla del
sol, sacrificio del ganado de Helios, ira de Zeus y destrucción del barco de
Ulises quien es el único sobreviviente… llegada a la isla de Calipso.
Parte
3 La Venganza de Ulises (Cantos 13 al 24): Ulises sal de Feacia, llega a Ítaca disfrazado de mendigo. Lo
recibe Eumeo, y junto con Atenea prepara la venganza para los pretendientes
(aún no revela su identidad). Eumeo cuenta su historia como sirviente, Telémaco
(por consejo de Atenea) regresa a Ítaca y lo hace de noche. Telémaco evade la
trampa de los pretendientes, reconoce a su padre y empieza a planear también la
venganza (lo reconoce su perro Argos). Odiseo camina por el palacio disfrazado
de mendigo, los pretendientes lo humillan; a pesar de ganar una pelea contra
Iro, lo siguen humillando. Euriclea reconoce a Ulises. Después de una señal de
Zeus, Telémaco hace una profecía sobre la futura muerte de los pretendientes,
algunos huyen, otros se quedan. Penélope dice que se casará con quien logre
tensar el arco de Ulises y pasar una flecha por los ojos de 12 hachas
alineadas. Ninguno logra tensar en arco; ante la insistencia de Telémaco, se le
da oportunidad a Ulises (disfrazado de mendigo) quien cumple la tarea. Telémaco
y Ulises se arman para la lucha. Todos los pretendientes y los sirvientes que
traicionaron a Ulises mueren a manos de Telémaco y Ulises (o por intervención de
Atenea). Penélope no reconoce a Ulises hasta que éste le cuenta cómo hizo el
lecho nupcial de un Olivo. Ulises viaja al final a saludar a su padre Laertes
quien reconoce al héroe por sus cicatrices. Al final, los familiares de los
pretendientes piden venganza y se inicia una nueva guerra. Atenea interviene
para que haya paz y que se pueda vivir muchos años sin venganzas.
-Auerbach, Eric. “La cicatriz de Ulises”
en Mímesis. México: Fondo de Cultura
Económico. 2001. (9-30)
-de la Villa, J. “Homero, Odisea” en La literatura griega y su tradición. Madrid:
Editorial Akal. 2008. (21-46)
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